La mordida de un gato provocó la muerte de Henrik Kriegbaum Plettner después de que, de ese modo, una bacteria carnívora se introdujera en su cuerpo. La mordida se produjo en 2018 y a partir de ahí vivió un calvario que su familia ha querido compartir “para que no se repita”.
En un primer momento, Henrik no prestó atención a la mordedura. Había recogido a la gata y sus crías y fue una de ellas la que le había provocado la herida en un dedo. “Era poca cosa” señala su viuda. Todo cambió unas horas más tarde: “La mano se le había hinchado muchísimo a las pocas horas, por lo que tuvo que ir rápido al médico”.
Al comunicar al médico que la mordida del gato le había ocasionado la inflamación, este le dijo que era algo normal, que era mejor esperar al día siguiente. Pero Henrik decidió que lo mejor era ir al hospital de Kolding. Allí le dijeron que tendría que ingresar de inmediato, siendo sometido a 15 operaciones.
“Acabaron por amputarle el dedo, estaba siempre enfermo, no lograban que pudiera mejorar. Era todo muy duro y desesperante. No sabíamos qué hacer”, señala mientras reconoce que si sistema inmunológico se vio afectado por otras enfermedades que padecía.
La mordida del gato había sido en un vaso sanguíneo y la bacteria se había propagado. Era así la forma en la que había entrado en el torrente sanguíneo. Las visitas al médico eran constantes hasta que acabó falleciendo en octubre de 2022.
Es ahora cuando la familia ha querido hacerla pública, para que “todo el mundo se tome en serio las mordeduras de gato”. “Sabíamos que estaba mal. Sin embargo, no teníamos idea de que estaba tan gravemente enfermo”, ha admitido la viuda.
