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Alumnos de La Palma envían cartas a las personas mayores que pasaron la Navidad solas

El IES Eusebio Barreto pone en marcha un proyecto para hacer más llevaderas las fiestas a los 400 usuarios de las residencias de la Isla Bonita que pasaron las fechas señaladas lejos de sus hogares
Una de las cartas enviadas a los usuarios de residencias de mayores de La Palma por el alumnado aridanense | CEDIDA

“No sé quién recibirá esta carta, pero me gustaría que le ayudase de alguna forma para hacerle más feliz”. Varios alumnos del IES Eusebio Barreto de Los Llanos de Aridane decidieron, con motivo de las fiestas, escribir misivas a los mayores que iban a pasar Navidad solos en las residencias de La Palma. Fruto de esta iniciativa, coordinada por la profesora del departamento de Lengua Angustias Geireis, centenares de usuarios de los centros sociosanitarios de la Isla recibieron los mensajes de sus particulares nietos, coincidiendo, además, con unas fechas donde la cercanía y el afecto cobran aún más valor.

El año anterior, cuenta la docente, se pusieron en contacto con una residencia de Pontevedra para llevar a cabo el intercambio de mensajes, obteniendo buena respuesta tanto por parte de los responsables del complejo como de los propios usuarios. Sin embargo, en esta ocasión quisieron llevar el proyecto a otro nivel y saber cuántas personas de la tercera edad iban a permanecer fuera de sus hogares el 24 de diciembre. Resultaron ser 400, de ahí que llamaran a cada uno de los recursos disponibles en el territorio insular y buscaran la vía para hacerles llegar unas palabras de aliento. “No queríamos simplemente tarjetas con la típica frase de Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo”, explica Geireis.

Por el contrario, la intención era “que les contaran anécdotas, que les transmitieran su apoyo, lo importantes que eran en nuestra sociedad, lo fundamental que había sido el olor de su rica comida cuando llegaban los niños y niñas a sus casas o los cuentos que le contaban a sus hijos e hijas antes de acostarse”. “Muchos de nuestro alumnado les decían que, a partir de ahora, tendrían un nieto para siempre; otros, que esa noche del 24 pensarían en ellos y les mandarían un abrazo”, relata la profesora, al tiempo que resalta el hecho de que “a las residencias, desde el minuto uno, les encantó la idea y se emocionaron con la labor de estos jóvenes”.

En el marco de esta propuesta participaron educandos de distintos niveles educativos, incluidos de Segundo de Bachillerato, que, aun teniendo en su mayoría la cabeza puesta en la EBAU, decidieron sacar un ratito para dar calor a quienes lo habían hecho antes con ellos. Así, las cartas llegaron a las residencias de “La Dehesa, Tazacorte, Santo Domingo, Nina Jaubert (Breña Alta), Fundación Solidaridad (Los Llanos), Puntagorda, Tijarafe, Los Sauces, Barlovento, Franceses, Los Dolores, Mazo y Puntallana”.

Érika, autora de las líneas con las que arranca este artículo y alumna del último curso del instituto, daba pie en su carta a que le enviaran otra de vuelta: “Yo tengo diferentes aficiones, me gusta mucho pintar (…), escuchar música y ver el atardecer en la playa o en el monte. Esto me relaja muchísimo y me parecen muy bonitos los colores que se forman en el cielo. Cuando no estoy bien, me hace estar mejor ir a verlo y es una forma de distraerme. No sé si desde donde tú estás se verá, pero si se ve, te animo a que pidas verlo algún día”.

Otra, aprovechaba para hacer un alegato en favor de los abuelos: “Para mí son como mis segundos padres; esas personas que están ahí cuando te caes para ayudarte a levantarte”. “Sois personas muy valiosas, y eso todo el mundo lo tendría que tener claro. No sois eternos”, decía.

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