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El origen de los Reyes Magos: ¿Siempre ha sido negro Baltasar?

En un principio los misteriosos magos de Oriente no eran tres, no tenían coronas y tampoco se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar.

El más mayor, Gaspar, trajo oro; el joven, Melchor, incienso; y el adulto, Baltasar, mirra. Blanco, marrón y negro, con esta asociación pictórica los niños recuerdan los nombres de los Reyes Magos. Pero aun así, todavía hay confusión entre los dos primeros. Lo cierto es que la historia de estos viajeros de Oriente no ha sido siempre la misma, al menos en lo que respecta a su apariencia. 

En un principio, ni se decía que fueran tres, ni reyes, ni tampoco se detallaban su aspecto y mucho menos sus razas. Para encontrar la explicación de esta evolución, es necesario tener en cuenta el recorrido histórico del cristianismo. En este caso, la evangelización es quizás el elemento de mayor relevancia. 

Como sucede con muchos de los acontecimientos construidos en el imaginario colectivo de las religiones, la imagen contemporánea de los Reyes Magos difiere en algunos aspectos con la Epifanía, episodio bíblico en el que tres viajeros de Oriente acudieron, siguiendo una estela, al pesebre a visitar el niño Jesús para hacerle ofrendas. 

De hecho, no solamente existe incertidumbre respecto a la figura de los magos, sino también con distintos elementos otras escenografías icónicas en el cristianismo, como el nacimiento de Jesús. El difunto papa Benedicto XVII incluso había realizado un alegato sobre esto. En su libro, La infancia de Jesús (2012), señaló que en el Evangelio “no se habla de animales”, echando por tierra la posibilidad de que un buey y un asno estuvieran presentes durante el nacimiento de Jesucristo. 

Un rey mago negro y otro indio

La evangelización revistió la figura de los Reyes Magos, universalizando su origen. Así es cómo se decidió que Melchor sería el europeo, Gaspar el asiático y Baltasar el africano. Fue entonces cuando se empezó a representar al tercer rey mago con la tez negra, a pesar de la connotación demoniaca que tenía en el cristianismo. 

A finales de la Edad Media, en la pintura flamenca y alemana, se empieza a pintar a Baltasar con la piel oscura. Una de las obras que retratan a un Baltasar de piel negra durante este tiempo es el Tríptico de la Adoración de los Magos del alemán Hans Memlin, expuesta en los pasillos del Museo del Prado. 

Tal como relata en uno de sus ensayos la historiadora Olaya Sanfuentes, históricamente, los Reyes Magos eran astrólogos de la corte persa, sacerdotes del culto a Mitras que se expande al imperio romano durante los primeros años del cristianismo. Por esta razón, en sus primeras representaciones los tres hombres vestían turbantes e iban en camellos.

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