Suele ser complejo cuantificar el tiempo empleado en la plasmación de una obra científica. En el caso de Mariposas diurnas de Canarias, el libro que publica Turquesa Ediciones, el proyecto que dirige José Manuel Moreno, se puede afirmar que es fruto de un trabajo desarrollado en los últimos cinco años. Pero si uno profundiza más y se acerca a la trayectoria académica, investigadora y docente de quienes firman el volumen, es más apropiado decir que es la consecuencia de la labor de toda una vida de investigación.
Javier García Pérez, Juan José Bacallado Aránega, Rafael García Becerra, Irene Santos Perdomo, Carlos Ruiz Carreira y Andrés Delgado Izquierdo son los autores de una obra que muestra por primera vez el ciclo biológico completo de los ropalóceros (esto es, las mariposas diurnas) del Archipiélago. Un total de 36 taxones que hasta ahora no habían sido presentados -y explicados- de una forma tan completa, combinando el rigor científico con la voluntad divulgadora al alcance de cualquier lector o lectora, en ninguna otra publicación.

FORMAR EQUIPOS
Así lo subraya Juan José, Checho, Bacallado, quien ha dedicado 55 años a la enseñanza y la investigación. Un tiempo en el que ha sido, entre otros muchos cometidos, profesor titular de Zoología de la Universidad de La Laguna y director del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (1984-2006).
“Este libro es la consecuencia de la formación de equipos, un aspecto que siempre ha sido una obsesión para mí”, apunta. “Sin esta forma de entender el trabajo, seria, rigurosa y en permanente colaboración, no habría sido posible publicarlo”, indica Bacallado. “Esta obra describe completamente la biología de esas 36 especies de lepidópteros diurnos en todas sus fases: el huevo, la larva y sus diferentes estados, la crisálida y el imago, la cópula… y vuelta a empezar. Llevamos toda una vida trabajando para poder llegar a las conclusiones que presentamos”, subraya el biólogo tinerfeño, al tiempo que señala que si bien con anterioridad se habían publicado otras obras en torno al tema, algunas completamente pioneras, “nunca se había llegado a difundir un trabajo tan amplio y completo como este”.

MEDIR LOS TIEMPOS
Lo más complejo de esta aventura científica y divulgadora ha sido, precisamente, lograr dar cuenta del ciclo completo de cada una de las mariposas estudiadas, según detalla otro de los autores del libro, Rafael García Becerra. “No ha resultado nada fácil, sobre todo en las especies más vinculadas a las zonas del termófilo y de la laurisilva, encontrar las humedades y las temperaturas idóneas, recoger los tiempos que transcurren en cada proceso, desde el huevo hasta que eclosiona, desde la larva neonata hasta que se convierte en crisálida… Además, en muchos casos, la única manera de abordar ese seguimiento era con los ejemplares en recipientes, y ahí teníamos que pelearnos con los hongos y las enfermedades que se podían generar”.
En este objetivo, García Becerra menciona la colaboración de muchos colegas extranjeros y sus respectivos estudios acerca de algunas especies en concreto. De igual modo que alude a la ayuda de especialistas como Arnoldo Santos y José Casanova, que preside la Asociación de Amigos del Museo de Naturaleza y Arqueología, en el ámbito de la botánica. “Una de las cuestiones más interesantes -agrega el biólogo entomólogo palmero- es identificar las plantas. Lo fundamental no es dónde van a libar las mariposas, sino dónde viven y se alimentan las orugas. Si una especie está desapareciendo, conociendo qué plantas comen sus orugas, puedes sembrarlas para que la mariposa adulta deposite en ellas sus huevos”.

“La presencia o no de mariposas supone también un buen indicador del estado de salud de un ecosistema -argumenta el profesor Rafael García Becerra-, si proliferan en un territorio, esa circunstancia nos está dando a entender que este es saludable, que está en buenas condiciones, pero si no hay mariposas en un lugar en el que supuestamente deberían estar, mal asunto”.
“Nuestra idea ha sido presentar un estudio más completo y profundo de los que existían hasta ahora -concluye-, pero también que fuera una obra accesible para todos. Por eso, además de esa parte científica, también cuenta con 1.017 fotografías exclusivas que ayudan a comprender el ciclo biológico de las mariposas de Canarias”.