La Galería Artizar expone a partir del sábado, día 18, a las 11.00 horas, Telos Concreto, una propuesta expositiva que se adentra en la abstracción cubana de mediados del siglo XX, merced a la obra de cinco de sus artífices. La muestra, que se podrá visitar hasta el 1 de abril en el espacio para el arte ubicado en el número 63 de la calle de San Agustín, en La Laguna, reúne obras de Loló Soldevilla (1901-1971), José Ángel Rosabal (1935), Sandú Darié (1908-1991), Pedro de Oraá (1931-2000) y Salvador Corratge (1928-2014).
Se trata, en suma, de justo la mitad de los creadores que formaron parte del movimiento Diez pintores concretos, que se da a conocer en Cuba en 1958 y llevó a cabo su última exposición colectiva apenas tres años más tarde, en 1961. Una muestra de estos trabajos se podrá contemplar en Artizar en sus horarios habituales: de lunes a viernes, de 10.30 a 13.30 y de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados, de 11.00 a 14.00 horas.
LA ARMONÍA
Tal y como explica Jorge Fernández, crítico, curador y director del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, el nombre de la exposición, que fija su mirada en “uno de los episodios de más alcance dentro del arte cubano”, al tiempo que homenajea a quienes protagonizan la muestra, responde “al concepto aristotélico del telos como la búsqueda de un fin o la necesidad que tenemos de estar en armonía entre nosotros y con el ecosistema del que somos parte”.
“En cada uno de estos creadores -señala Jorge Fernández en el texto que acompaña a la exposición- hubo un intento de redención desde lo estético para llegar a lo ético, en un momento político convulso de muchas confrontaciones”.
MODERNIZACIÓN
El crítico de arte alude a un periodo en el que, por una parte, se produce “la reacción de las fuerzas progresistas contra el golpe de Estado del Gobierno de Fulgencio Batista y, por la otra, el acelerado plan de modernización urbana y arquitectónica que acontece en esa época”. “Es en esta manifestación -precisa Fernández- donde primero ocurren los cambios visuales y conceptuales del arte en la isla”. Una atmósfera creativa, resalta el director del museo habanero, que generó “influencias de todo tipo” e hizo que los creadores reflexionaran sobre experiencias vinculadas a la Bauhaus y la Escuela de Diseño de Chicago