Había que ganar y se ganó. Ante el CD Mirandés se jugaba el CD Tenerife una de las últimas posibilidades de soñar con algo más que conformarse con la permanencia. No resultó fácil lograr los tres puntos puestos en litigio, pero un penalti cometido sobre Nacho y transformado por Borja Garcés desatascó un encuentro tan trabado como igualado. Sin duda hubo más espectáculo en las gradas, por el gran ambiente carnavalero que se vivió, que en el campo, pero los tres puntos se quedaron en la Isla. Eso era lo único importante.
Salió vivo e intenso el CD Tenerife del túnel de vestuarios y en el minuto cinco gozó de la primera ocasión clara de gol. Una buena transición defensiva originó un balón largo por el que corrió Waldo. El interior llegó hasta el fondo y puso un caramelito de centro que, en el segundo palo, remató fuera Nacho cuando tenía toda la portería para marcar el primer gol local.
Tras ese buen arranque, el Mirandés fue ajustando la presión y le fue, poco a poco, complicando la vida a los de Ramis, quienes empezaron a tener problemas a la hora de salir con la pelota controlada desde atrás.
El juego fue perdiendo continuidad y, sumado a las constantes pérdidas de balón, pocas cosas sucedieron durante la primera parte.
Eso sí, el Mirandés asustó al paso del partido por la media hora con un remate de Gelabert que paró Soriano, quien volvió a intervenir al minuto siguiente para frenar un remate de cabeza tras la ejecución de un saque de esquina.
Con algo de bronca del respetable dirigido al colegiado finalizó una mala primera mitad en un choque caracterizado por las escasas ocasiones y el mal juego de ambos contendientes.
Las cosas no le gustaban al entrenador del Tenerife, que dejó en la caseta a Teto, que tenía amarilla, y a José Ángel, mientras que Elady y Corredera saltaron al terreno de juego.
En nada apareció en juego el jienense Elady, que en el 46 sirvió un centro desde la izquierda al que Aitor Sanz no logró ubicar entre los tres palos. El disparo del capitán se fue rozando el palo de la portería de Herrero.
Pero al igual que pasó en el primer acto, el Tenerife fue de más a menos y tras el ímpetu inicial con el que salió de los vestuarios, se fue atascando hasta que los del exblanquizul Joseba Etxeberria se hicieron con el control del balón.
Ramis buscó soluciones de nuevo en el banquillo. Se fue Iván Romero al banquillo y entró Borja Garcés en el minuto 64. A la grada no le gustó este cambio y mostró su enfado con pitos. Poco después, Waldo Rubio, también con amarilla por lo que se pierde la cita frente al Sporting de Gijón, dejó su hueco en el interior derecho a Mo Dauda.
En un despiste defensivo del Mirandés, Garcés con un remate de cabeza flojito se acercó a la meta del club de Miranda de Ebro. Fue esa acción síntoma de la mejoría que, poco a poco, fueron experimentando los locales, quienes rompieron el partido en el 76.
En ese minuto el colegiado de la contienda, el debutante Busquets Ferrer, pitó penalti cuando David Vicente, que acababa de entrar al terreno de juego, trabó por detrás a Nacho. El trencilla no lo dudó y pitó penalti. Además sacó roja a David Vicente, decisión que posteriormente modificó viendo las imágenes del VAR, que en el Heliodoro Rodríguez López sí funcionan. Ya los colegiados no pueden castigar doblemente, por lo que era penalti o roja, pero no ambas cosas. Por eso el jugador del Mirandés acabó la acción con amarilla.
A pesar de estar Enric Gallego en el campo, asumió la responsabilidad de lanzar la pena máxima Borja Garcés. El delantero cedido por el Atlético de Madrid lanzó con potencia a la derecha, batiendo así al portero del Mirandés. Se coloca Borja con cuatro goles como máximo goleador del equipo.
La recta final del partido se hizo larga. Mellot, en el minuto 82, tuvo que ser sustituido, probablemente por lesión. Ocupó su puesto en el lateral derecho Aitor Buñuel. Poco después se lesionaría también Mo Dauda, quien tuvo que acabar el partido cojeando pero sin poder ser sustituido, ya que se habían agotado los cambios.
En los últimos minutos los blanquiazules manejaron con veteranía el duelo e impidieron que el Mirandés incordiase a un Soriano muy seguro. Elady fue durante esos minutos la quinta tarjeta amarilla, por lo que al igual que Waldo, se perderá el duelo del próximo fin de semana.
De esta manera el triunfo se quedó en un Heliodoro que lo celebró al son de música carnavalera que inunda toda la capital durante estos días.
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