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Joe Burgerchallenge, el policía que decidió vivir como probador de hamburguesas

Dejó un sueldo de 3.000 euros mensuales; ahora va a abrir su propio restaurante
Joe Burgerchallenge, el policía que decidió vivir como probador de hamburguesas

“Me cuesta explicarle a la gente a qué me dedico”, reconoce Jorge González, más conocido como Joe Burgerchallenge. Dejó un sueldo de 3.000 euros mensuales en la Policía para convertirse “en el mayor experto de España en hamburguesas“, según sostiene. Ha ingerido “más de mil en tres años”. En los restaurantes graba divertidos vídeos que parecen parodiar los canales sobre alimentación saludable. “Pero puedes comer hamburguesas y cuidarte mucho. Yo tengo 42 años y los abdominales bien marcaditos”, contrapone.

Joe atiende a EL ESPAÑOL a los pocos días de abrir su primer restaurante. “Es un nuevo proyecto. Tengo dinero para invertir y he decidido lanzarme. Todo es por un muy buen amigo que vive en Cuenca, lo vamos a abrir allí. Yo soy accionista e ideólogo de las hamburguesas. Las creaciones son mías, pero el negocio lo va a gestionar él”, relata.

La andadura que ha llevado a Joe a convertirse en el reclamo de un restaurante de hamburguesas se remonta a 2006. Este valenciano “apasionado de la cultura americana” estudió Filología Inglesa y marchó a vivir a Wisconsin. “Allí me volví loco, quería comerme todo lo que veía”, recuerda.

Desde pequeño, a Joe le caracteriza una peculiar habilidad: “Soy capaz de comer muchísimo, en grandes cantidades”. Y lo que en España era una cualidad extraña, en EEUU resultó ser un talento. “Mi pareja me decía que no era normal lo que comía, y me habló de competiciones en restaurantes donde te invitaban y colgaban tu foto si ganabas. Y me empecé a aficionar”, recuerda.

En paralelo, se labró una carrera profesional mucho más ortodoxa. Aprobó en 2008 una oposición de Policía. En el cuerpo llegó a ser inspector jefe del grupo de estupefacientes de Valencia. “Vivía muy bien. Comer era solo mi afición, jamás pensé que llegaría a ganarme la vida de esta manera”, rememora.

Pero su pasión devoró a su profesión. En 2013 un amigo lo apuntó a una competición en Valencia. Consistía en comerse una hamburguesa de 2,5 kilos. “Lo hice en 50 minutos, y le gané a unos jugadores de rugby que vinieron a competir. Algunos se rendían, otros lloraban comiendo, otros vomitaban…”, detalla.

“Aquello me hizo cambiar el chip. Hubo un ambientazo de locura. Vi claramente que aquel ambiente tenía un gran potencial. Yo era muy aficionado al programa Crónicas Carnívoras, de Adam Richman. Pensé en hacer algo así, pero a mí no me conocía nadie”, agrega.

La explosión de YouTube y las redes sociales le brindaron la oportunidad. “Empecé a hacer vídeos, ir a sitios de retos de comida, a ganar y a grabar. Todo en mi tiempo libre, mientras trabajaba. Era mi pasión. Pero el contenido empezaba a funcionar y de repente me buscaban los restaurantes. Lo fui monetizando y profesionalizando, generando yo el espectáculo, montando eventos que nos beneficiaban al restaurante y a mí. Y hubo un día en que aquello ya me ocupaba más tiempo y me generaba más ingresos que mi trabajo como policía”, explica.

La pandemia retrasó un poco sus planes, pero con el desconfinamiento culminó su transformación profesional. Solicitó una excedencia y se dedicó al cien por cien a las hamburguesas. En la actualidad tiene 825.000 suscriptores en YouTube y cerca de 200.000 seguidores en Instagram.

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