El 39º Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) se despedirá con un mensaje que trasciende lo musical, al encomendar a la Sinfónica de Kiev los conciertos de clausura. El objetivo: lanzar al mundo un canto por la paz y la armonía universal, un aliento de esperanza. La orquesta interpretará en Gran Canaria, Fuerteventura y Tenerife obras de compositores ucranianos, entre ellas, una de gran simbolismo, La paz vence a la guerra, de Liatoshinki.
El director titular de la formación, el maestro italiano Luigi Gaggero, presentó ayer los detalles de estos conciertos acompañado por el director del FIMC, Jorge Perdigón, y la directora de Fundación DISA, Sara Mateos, entidad que ha colaborado como patrocinadora en esta triple cita. Gaggero afirmó que los músicos se sienten “muy felices de estar aquí”. “Desde que comenzó la invasión a gran escala -detalló-, la vida de la orquesta es muy difícil. Tenemos la suerte de encontrar un lugar en Alemania donde podemos vivir y ensayar. Pero un músico no tiene vida sin dar conciertos. Así que en este momento es muy, muy importante poder tocar, tocar buena música, y, al mismo tiempo, tocar obras maestras ucranianas”.
LA CULTURA
El director de orquesta agregó que “esta guerra no es solo una agresión militar, sino que también es una agresión a nuestra cultura europea. Y por eso es tan importante que demos una respuesta cultural tocando buena música, que muestre de dónde venimos y hacia dónde debemos ir, en qué dirección”.
Mateos reflexionó sobre el poder de la música y la cultura como herramienta de cambio y agradeció que el FIMC contribuya, en este caso, a denunciar “la barbarie”, porque el ser humano “es capaz de crear lo más sublime, pero también de generar situaciones absolutamente lamentables”.
El Auditorio Alfredo Kraus, en Gran Canaria, acoge hoy jueves (20.00 horas) el primero de los conciertos, que continuarán mañana en el Palacio de Formación y Congresos de Fuerteventura (20.30) y el sábado, en el Auditorio de Tenerife (20.00); con una charla introductoria previa en los escenarios capitalinos (19.00 horas).
“Esta guerra no es solo una agresión militar, también lo es a nuestra cultura europea”, recalca Luigi Gaggero
Desde el inicio de la guerra de Rusia en Ucrania, la Sinfónica de Kiev se había convertido en una orquesta errante. El pasado verano logró fijar su residencia en la ciudad de Gera, Alemania, desde donde desarrolla sus giras. Es una formación de gran nivel técnico y artístico, con cerca de 40 años sobre los escenarios. Con su presencia en las Islas, el festival quiere también contribuir a la continuidad de la vida musical ucraniana en un momento especialmente difícil.
El programa que ofrecerá la orquesta en Canarias se abre con la Sinfonía nº 1 de Maksym Berezovsky, que ya hizo sonar en la pasada cumbre de la OTAN celebrada en Madrid. Esta pieza, escrita entre 1770 y 1772, supone el hecho fundacional de la música sinfónica ucraniana.
Los músicos también han escogido dos piezas compuestas en el siglo XX, durante las convulsiones totalitarias que sufrió la Unión Soviética. Una de ellas es el Concierto para arpa y orquesta, de Reinhold Glière, compuesto en 1938 por el que fuera maestro de Prokófiev, en el que intervendrá Catrin Mair Williams, arpa principal de la Filarmónica de Gran Canaria.
LIATOSHINSKI
Para terminar, la Sinfónica de Kiev interpretará una obra compleja y llena de simbolismo: la Sinfonía nº 3, de Borís Liatoshinski. Titulada por el compositor La paz vence a la guerra, fue escrita durante el estalinismo. “Es una obra plagada de tensiones: viaja de la ternura a la agresividad de forma pendular. Cuando Liatoshinski la estrenó en 1951 para conmemorar la Revolución de Octubre, a Stalin no le convenció el final. El músico lo cambió por algo más convencional e incluyó una especie de marcha militar. Nosotros hemos recuperado la primera versión”, detalló Gaggero.
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