Ganó las últimas elecciones en votos, aunque empató en concejales, ocho, con CC, que acabó reeditando el pacto con el PP. “Nos faltaron 13 votos para el noveno concejal, que nos hubiera dado una opción de pacto”, subraya Jennifer Miranda, que, cuatro años después, aspira a hacerse con el bastón de mando del segundo municipio más poblado del Sur. Lidera el PSOE granadillero desde 2018, tiene 34 años y es abogada de profesión y vocación. “De pequeña, mi madre me decía que era la abogada de los pobres, porque siempre estaba metida en la defensa de las causas justas”, afirma.
-Granadilla es el municipio que más ha crecido en Canarias en población en los últimos años, lo que obliga a reforzar servicios y a apostar por nuevas infraestructuras. ¿Se está dando respuesta a ese boom demográfico?
“No. El crecimiento de población es positivo porque significa diversidad y que Granadilla acoge a mucha gente que no se puede permitir vivir en las zonas turísticas. Pero eso tiene que ir acompañado de la prestación de unos servicios esenciales que son cada vez peores y no se ajustan a ese crecimiento. No ha habido una respuesta adecuada desde la Administración”.
-En el Sur se aprecia con mayor nitidez la subida del coste de los alquileres, a lo que se suma el encarecimiento de las hipotecas y de la cesta de la compra. ¿Qué situación percibe en Granadilla?
“Lo de la vivienda es muy preocupante. Hace más de una década que no existe política de vivienda en el municipio, carecemos de un parque público en esta materia que se pueda ofrecer a personas de especial vulnerabilidad o a determinados colectivos que requieran de ayudas para tal fin como jóvenes o pensionistas. Además, la costa está sufriendo una situación de especulación vinculada con la vivienda vacacional que necesitamos regular, porque está provocando la expulsión de la gente de sus lugares de residencia de toda la vida”.
-¿Y qué margen de actuación tiene el Ayuntamiento para intentar paliar el problema de la vivienda?
“Como municipio de más de 50.000 habitantes tiene competencias para abordar este problema y sería conveniente hacerlo con la colaboración del Gobierno de Canarias, pero no se ha apostado decididamente desde el Ayuntamiento, que puede adquirir vivienda pública y ofertar ayudas a colectivos específicos. ¿Se ha abierto alguna línea de ayuda para el pago del alquiler? No. ¿Se ha hecho alguna gestión para conseguir un mayor parque público de vivienda? Tampoco”.
-Más allá del problema de la vivienda, ¿cómo valora el mandato del actual grupo de Gobierno, formado por CC y PP?
“No se puede hacer un balance positivo en los últimos siete años, porque la única preocupación del alcalde es finalizar un proyecto que está en ejecución desde hace cuatro años, que es una sala velatorio en el casco y proponer, a escasos meses de las elecciones, más de 100 asfaltados para las calles del municipio. Esa es la hoja de ruta de CC y PP. Granadilla merece muchísimo más y no se puede quedar a las puertas de la modernización y del desarrollo. Nuestro casco ha dejado de ser histórico y un reclamo. Hay que desarrollar una zona comercial potente y acometer la rehabilitación de edificios históricos”.
-Si resulta elegida alcaldesa, ¿cuáles serían sus prioridades?
“Es necesario introducir a Granadilla en el siglo XXI. Los servicios y las dotaciones deben estar cerca del ciudadano, hay que apostar por zonas de esparcimiento y parques urbanos integrados dentro de la ciudad y nuestro urbanismo se tiene que confeccionar pensando en la calidad de vida de los vecinos, lo que requiere de instrumentos de ordenación que se ajusten al siglo XXI desde el principio de cercanía al ciudadano”.
-Una de las asignaturas pendientes ha sido el histórico problema del saneamiento y los vertidos. ¿Cómo valora los pasos que se están dando para solucionar esta situación a partir de la construcción de una depuradora?
“Hago un balance positivo de esas gestiones, porque es verdad que es una asignatura pendiente. El PSOE preside el Cabildo y el Gobierno central y son los que están financiando las obras de la depuradora, que es una magnífica noticia para Granadilla, aunque hay que dar un pequeño tirón de orejas al Ayuntamiento porque tiene que hacer todas las obras tendentes a conectar los pueblos con ese sistema de depuración”.
-¿Le convencen las previsiones y los plazos de AENA para remodelar la terminal del aeropuerto?
“El aeropuerto ha de tener una terminal moderna, pero el futuro de Granadilla no pasa por el desarrollo de megainfraestructuras que no terminan de llegar. Me refiero al aeropuerto, al puerto industrial y al circuito del motor. Me niego a condenar a toda una generación de granadilleros a empleos precarios y a mantener la mentalidad vinculada a un empleo que no llega nunca”.
-Deduzco que esperaba otra velocidad en la construcción del puerto…
“El puerto ha sido un fracaso. Nunca fui partidaria de su ejecución y el tiempo nos ha dado la razón. El futuro del Polígono Industrial pasa por el desarrollo y la implantación de empresas vinculadas con la energía verde y las tecnologías de la información y comunicación”.
-Usted, que es política y abogada, ¿dónde cree que debe ubicarse el juzgado número 5 de Granadilla, en el casco o en San Isidro?
“De manera transitoria, la apertura del juzgado número 5 en San Isidro puede ser útil para disminuir el colapso que sufrimos en este partido judicial. No obstante, a medio plazo, es conveniente ejecutar una infraestructura nueva que integre los cinco juzgados, dotándola de personal suficiente para atajar el perjuicio a la tutela judicial que genera la acumulación de asuntos”.
-La Audiencia Nacional ha aprobado el deslinde de la costa entre Pelada y El Médano, que afecta a 92 propiedades. ¿Qué va a pasar?
“Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos porque no se va a demoler ningún tipo de vivienda o propiedad particular que esté ejecutada. Es verdad que afecta a la remodelación de las viviendas en un futuro como a la ejecución de proyectos futuros, pero no quiero que se haga un drama de esta situación porque es algo que vamos a poder solventar. Es cierto que será más complejo gestionarlo, pero hay que tomarlo con tranquilidad y hacer lo necesario para que esa afección sea la menor posible para esos ciudadanos”.
-¿Se marca alguna línea roja a la hora de negociar un pacto de gobierno?
“Los datos objetivos y las percepciones subjetivas nos hacen pensar que una mayoría no es algo imposible. No ponemos líneas rojas, no creo que estemos en disposición de hacerlo ni tampoco es bueno para la dinámica y el funcionamiento del Ayuntamiento. Pero el pueblo de Granadilla nos traslada que tenemos una opción bastante palpable de conseguir un resultado que nos permita gobernar”.