Algunos trabajadores notarán un aumento en su salario en la nómina de febrero. Este incremento se debe a los cambios en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de este año, que ya estarán incluidos en la nómina.
En diciembre del año pasado se publicaron dos normas que afectan al IRPF: la Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2023 y el Real Decreto 1039/2022.
De este forma, este año habrá una reducción fiscal para las personas con rentas por debajo de los 21.000 euros brutos anuales. Es decir, si el sueldo neto anual del trabajo es igual o inferior a 14.047,5 euros (antes 13.115 euros) se aplicará una reducción de 6.498 euros (antes 5.565 euros).
Si se encuentra entre 14.047,50 y 19.747,50 euros, la reducción será de 6.498 euros menos el resultado de multiplicar por 1,14 la diferencia entre el rendimiento del trabajo y 14.047,50 euros.
Esta nueva norma también busca ajustar las retenciones de IRPF de los trabajadores con rentas entre 22.000 y 35.000 euros para corregir los “errores de salto”.
Respecto a la subida del salario mínimo, las empresas deben pagar a los trabajadores la diferencia entre lo cobrado y el SMI. En la mayoría de los casos, esta diferencia es de 80 euros.