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Alejo Stivel: “Cada generación ha buscado su lenguaje musical, pero el ‘rock’ sigue estando vivo”

El cantante, compositor y productor actúa este viernes en Tenerife, en el 90+Music Beerfest de Candelaria
Alejo Stivel. / DA

En la historia del rock en español -e incluso del pop-, Alejo Stivel (Argentina, 1959) ocupa un indiscutible capítulo. Cantante, compositor y productor musical, colideró junto a Ariel Rot, a finales de los 70 y principios de los 80, Tequila, la banda hispanoargentina que también integraron Felipe Lipe y los ya fallecidos Julián Infante y Manolo Iglesias. Tras la disolución del grupo en 1983 -aunque ha tenido reapariciones puntuales con algunos de sus miembros en 2008-2009 y 2018-2021-, Stivel ha compaginado su carrera en los escenarios con una ingente labor como productor, de la que dan fe más de 200 discos. Entre ellos, 19 días y 500 noches, el que para muchos constituye la obra capital de Joaquín Sabina. El 24 de noviembre de 2021, el madrileño WiZink Center albergó el concierto Tequila. La última fiesta, y el año pasado, casi por las mismas fechas, el 25 de noviembre, se estreno el documental Tequila. Sexo, Drogas y Rock & Roll, dirigido por Álvaro Longoria.

El próximo viernes (20.00 horas), Alejo Stivel actúa en Tenerife, en el 90+Music Beerfest Candelaria, un festival que se celebra hasta el domingo en la Plaza de la Patrona de Canarias con la música, la gastronomía y las cervezas del mundo como temáticas, en cuyo cartel figura una amplia lista de artistas y géneros musicales.

-Viene a Tenerife, a Candelaria, para participar en un festival con su banda. ¿Qué representa hoy para usted la experiencia de subirse a un escenario?
“Me subo a divertirme. Es mi oficio, como quien es pintor, escritor, cartero, médico, abogado o taxista. Me dedico desde hace mucho tiempo a hacerlo y tengo la enorme suerte de divertirme con ello. Siempre es un momento de gran alegría, muy estimulante, estar sobre un escenario. Y lo que pretendo en cada concierto es que la gente que está abajo se lo pase tan bien como me lo paso yo arriba”.

“Lo que pretendo en cada concierto es que la gente que acude se lo pase tan bien como yo sobre el escenario”

-Las modas cambian, unos géneros imperan sobre otros y, sin embargo, el ‘rock and roll’ no deja de tener adeptos. ¿Qué posee este estilo, a su juicio, que lo hace atemporal?
“Sin duda, no es el estilo de moda en la actualidad. Tuvo su momento de euforia. Empezó a finales de los 50, luego se dio el boom de los 60, con todos los grandes grupos, y este fenómeno continuó durante los 70, hasta llegar a hoy. Eso lo ha llevado a convertirse en un género que va más allá de una época determinada, de un momento muy específico, como también le sucede al jazz y a otras muchas músicas que se han ido convirtiendo en tradicionales. El rock vino para quedarse, aunque en estos momentos no ocupe precisamente la primera línea de la música más de moda. Cada generación va actualizando, modificando y necesita tener un lenguaje propio en la música. Por fortuna, el rock aún está muy vivo y espero que eso sea así durante mucho tiempo”.

-Una pandemia nos cambió la vida, por lo que ahora, una vez dejadas atrás las restricciones de seguridad sanitaria, tenemos más ganas que nunca de salir a la calle y disfrutar, entre otras cosas, de la música. ¿Llega a apreciar un sentimiento especial por parte del público que acude a escucharle?
“En general, siempre he percibido mucho entusiasmo, porque mi propuesta incita justo a eso: a la participación y al jolgorio. Hay otras que están más encaminadas a disfrutar de sutilezas, incluso a reflexionar, pero la mía es, por encima de todo, fiestera. De manera que, cuando tengo suerte, la respuesta de la gente que viene a escucharme suele ser muy estimulante. Sí que puede ser que ahora haya un porcentaje extra de motivación porque venimos de la pandemia, pero yo siempre he notado una respuesta muy activa por parte del público”.

“El cambio en la industria afectó a muchos artistas, para bien o para mal, pero no hay derecho a queja: la vida es cambio”

-Hoy, cuando la tecnología ha cambiado tantas cosas, más que un disco, se promocionan las canciones una a una. Usted también es productor, ¿en qué cree que ha afectado, para bien o para mal, este nuevo modelo de negocio en la industria musical?
“Hay artistas a los que les ha afectado para muy bien. Están gozando con este cambio. Sus canciones llegan a tener, no sé, miles de millones de reproducciones. Algo completamente impensable en épocas anteriores. Salvo la música anglosajona, la venta de un disco estaba prácticamente limitada al país de origen de ese artista. La nuestra se vendía en España y, como mucho, en algún país de Latinoamérica. Y, si se daba bien, alcanzábamos 200.000 o 300.000 discos vendidos. También mucha gente se ha quedado fuera de juego con esta transformación, pero creo que no hay derecho a queja. Las cosas cambian, no solo en la música, también en la sociedad. Cuando te acostumbras a un modelo y te acomodas un poco, llega otro que te vuelve a sacudir. Las cosas suelen ir más deprisa de lo que deseamos”.

“The Beatles, The Rolling Stones y Bob Dylan lograron reescribir la historia de la música con cada álbum publicado”

-Desde su doble perspectiva, la de artista y la de productor, ¿qué disco, por poner un ejemplo, de la historia del ‘rock’ le hubiera gustado producir?
“Muchísimos… Todos los de The Beatles, todos los de The Rolling Stones, toda la discografía de Bob Dylan y muchos más. Soy un gran fan de la música, me maravillan una gran cantidad de discos, esos que en algún momento han grabado los artistas a los que más admiro. Pero, bueno, si tuviese que quedarme solo con uno, me quedaría con Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967), de The Beatles”.

-¿Y existe algún álbum célebre que en su opinión está sobrevalorado?
“No. Creo que al final prácticamente todos los discos que suelen figurar en esas listas de los mejores lo están porque realmente han ido ocupando el lugar que se merecen. Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, por ejemplo, está muy justamente valorado. Los discos de Dylan, los de los Rolling, los de los Beatles, los de muchos otros grandes artistas son fabulosos, porque están llenos de canciones increíbles que, además de su enorme calidad, fueron rompedoras en su momento. Estaban reescribiendo la historia de la música prácticamente en cada álbum que sacaban”.

“Trabajar de pescador o en una obra es mucho más duro que mi oficio, por eso no sería justo lamentar el cansancio que provocan las giras”

-Compositor, cantante, productor… ¿Disfruta más de alguna de estas facetas que de las restantes o las considera parte de un mismo oficio?
“Esas facetas son complementarias. Cuando estás mucho tiempo en la carretera, tienes ganas de meterte en un estudio a grabar; cuando llevas muchos meses en el estudio, tienes ganas de terminar y salir a la carretera a tocar, y cuando produzco a otros artistas, generalmente, cuando ese artista me gusta, lo disfruto mucho también”.

-¿Qué es lo mejor y qué es lo peor que lleva de todo lo que supone salir a la carretera y compartir su música con gente de diferentes lugares?
“Salvo el cansancio, todo lo demás es bueno. No conozco ninguna labor, ningún oficio que no canse y, justamente, hay profesiones mucho más agotadoras que la mía. Trabajar en una obra en construcción o salir de madrugada a pescar es bastante más duro que lo que hago yo: viajar durante unas horas en una furgoneta y salir a un escenario a tocar. O sea, que realmente todo es bueno y no haría justicia quejándome de ninguna de las partes que componen mi trabajo”.

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