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Que la temporada acabe pronto (0-0)

Dos equipos miedosos y sin fútbol ofrecen un partido insufrible, con justo reparto de puntos, que convierte en una ‘final’ el derbi del próximo sábado frente a la UD Las Palmas
Real Oviedo CD Tenerife
Real Oviedo-CD Tenerife. LaLiga

CD Tenerife y Real Oviedo hicieron lo que todo el mundo esperaba y cosecharon el resultado previsible. Un insulso e insoportable empate a cero que mostró las carencias de dos conjuntos que solo aspiran a sellar la permanencia cuanto antes.

Los nervios y el miedo fueron el denominador común en los primeros minutos de partido. Dos imprecisiones de los porteros originaron acciones de ataques que quedaron invalidadas por sendas posiciones antirreglamentarias. Al Tenerife le costaba especialmente sacar la pelota controlada de su portería, aunque mejoraba cuando atravesaba la línea del mediocentro. En una de ellas, en el minuto 12, un disparo lejano de Elady se marchó a la derecha del meta asturiano.

Antes de eso, la primera clara del partido la tuvo el Tenerife, a balón parado y en las botas de León, quien aprovechó un rechace tras remate de Sipcic para meter el susto en el cuerpo a los azules pero se estrelló en un atento David Costas, sustituto del lesionado Rodri Tarín en el eje de la zaga azul.

Pero el problema defensivo que sufrían los visitantes originaron numerosos quebraderos de cabeza. Los ovetenses crecieron y tomaron confianza al calor de ellos y en el minuto 19 Juan Soriano saca un remate de Borja pegado a su palo.

Los de Luis Miguel Ramis disfrutaron de pocas ocasiones de gol en la primera mitad. La más clara fue la que disfrutaron Garcés y Elady superada la primera media hora. El delantero norteafricano logró llegar al fondo y centrar atrás viendo la incorporación de Enric, pero el punta catalán colocó el el cuerpo mal y su remate se fue excesivamente alto.

Fue lo más destacado en ataque de un Tenerife que tuvo poca presencia en ataque sobre la meta ovetense y muchos problemas defensivos. En general, los jugadores de los dos equipos mostraron mucho miedo y poco juego.

Más del mismo desastre

La segunda parte arrancó con el mismo escenario de la primera parte. El partido era malo hasta aburrir y los protagonistas no se empeñaban en que eso cambiase.

Aún así, el Oviedo intentó meterle algo de chicha al duelo y encontró un hueco por el que profundizar por el carril derecho defensivo visitante. Waldo no estaba bien y no apoya a Buñuel y Montoro aprovechó la circunstancia y sacó petróleo. Metió dos centros interesantes y en uno de ellos Soriano tuvo que intervenir in extremis ante la presencia cercana de Borja Bastón. La acción acabó en saque de esquina.

Reaccionó rápido Ramis para frenar esa sangría y realizó el primer cambio del partido. En el minuto 59 se fue al banquillo Waldo, que no está nada fino, y entró Iván Romero, que se fue a la derecha.

Costas volvió a ir al suelo providencial para evitar que el disparo de Enric Gallego fuera a puerta, y el Oviedo devolvió el amago con una diagonal de Viti que convierte en centro Bretones en la otra banda y que Vallejo finaliza en el área, pero sacando solo un nuevo córner.

Más tarde, el entrenador tinerfeñista decidió hacer un intento desesperado por mejorar las labores ofensivas de su equipo. Se marchó del terreno de juego Enric Gallego, quien entró poco en juego y cuando lo hizo tuvo escasa trascendencia. Entró Teto en el minuto 76.

Las sustituciones, tanto las de Álvaro Cervera como las de Luis Miguel Ramis sirvieron de poco. El juego siguió siendo insulso, lleno de imprecisiones y aburrido para llegar a dormir a las ovejas. La recta final fue infame. De esas que le quitan la afición a cualquier seguidor.

En los últimos minutos, Aitor Sanz dispuso de un tiro elevado que no inquietó en absoluto al portero del Oviedo. Borja Sánchez tuvo una última oportunidad en el añadido, pero su jugada personal acabó yéndose alta tras irse de varios rivales que no lograron frenarle.

Así acabó un choque que acerca el campamento base un punto más.

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