Un vecino de Tenerife ha sido estafado por valor de 182,70 euros tras intentar vender una videoconsola por internet y al final resultar que esta cantidad fue cargada a su cuenta.
Tras presentar la denuncia contra un hombre que aparecía en una foto remitida supuestamente por el vendedor, la Audiencia Provincial lo absuelve al considerar que no hay pruebas sólidas de que haya sido el autor del timo.
Incluso el entonces acusado llegó a presentar una denuncia por usurpación de identidad, ya que pese a la instantánea que daba verosimilitud a la transacción, en realidad la cuenta en la que se ingresó el dinero no era de titularidad suya y además estaba ubicada en un banco de Ucrania.
El primer contacto para vender la consola tuvo lugar el 26 de marzo de 2021, cuando pactó la transacción a través de una página de anuncios de internet con un hombre que se hacía llamar Eliseo y que incluso llegó a mandar una foto del quien luego resultó denunciado, mostrando el DNI.
El pago se gestionó mediante un enlace enviado a su correo electrónico en el que al pinchar, en vez de recibir el dinero, el importe de 182,70 euros le fue cargado a cuenta.
A lo largo del procedimiento judicial no se pudo acreditar que el acusado fuera el autor de la estafa y tanto en el juzgado como ahora en la Audiencia Provincial determinaron su absolución al entender que no había pruebas sólidas en su contra.
Aunque el estafado presentó la cuenta en la que se reflejaba el mencionado cargo, luego en el detalle del movimiento se observa que la transferencia se hizo desde Ucrania.
El acusado interpuso entonces a su vez una denuncia por usurpación de identidad y dio explicaciones, que no vienen detalladas en la sentencia, de por qué un tercero tenía una foto suya exhibiendo el carnet de identidad.
La Audiencia concluye que aunque se detecta efectivamente un desplazamiento patrimonial, éste no se lleva a cabo a la cuenta del denunciado inicialmente.
Con todo ello queda probado que se cometió una estafa pero no de la forma en la que dijo la víctima de este timo.
