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Cierran una fábrica de pizzas Buitoni tras la muerte de dos niños y 56 intoxicados

El cierre se produce después de la caída espectacular de las ventas de esa línea tras el escándalo alimentario
Cierran una fábrica de pizzas Buitoni tras la muerte de dos niños y decenas de intoxicados

El grupo alimentario suizo Nestlé ha anunciado el cierre de su fábrica de pizzas Buitoni en el norte de Francia, un año después de que se lanzara una alerta alimentaria en el país. La fábrica es la misma de la que salieron productos contaminados con una bacteria que causó la muerte de dos niños y enfermó a otras 56 personas. El anuncio del cierre definitivo de la planta, que funcionaba desde 1982 en la localidad de Caurdy, se produce después de la caída espectacular de las ventas de esa línea tras el escándalo alimentario.

La crisis comenzó en enero de 2022, cuando se detectó la bacteria Escherichia coli, más conocida como E. coli, en una de las gamas de pizzas Buitoni congeladas, afectando a un adulto y 55 niños, dos de los cuales fallecieron. Después de una cadena de errores de comunicación y negación de responsabilidades, la empresa acabó por pedir disculpas públicas. Sin embargo, la filtración de imágenes de la planta de Caudry, donde se percibían condiciones higiénicas deplorables, y un informe sanitario que denunciaba falta de limpieza en las zonas de fabricación, mala ventilación o presencia de roedores, afectaron a la imagen de la marca.

Caída de ventas de las pizzas Buitoni

Desde su reapertura a finales del año pasado, las ventas se han desplomado, y la producción ha sido de 450 toneladas, frente a las 3.500 que estaban presupuestadas, ya a la baja en una fábrica que, antes de la crisis, producía 170.000 pizzas pizzas Buitoni a la semana y lideraba el mercado con una cuota del 30% de las congeladas.

El cierre de la planta supone el despido de 140 empleados, aunque la empresa ha indicado que no se despedirá a ninguno de ellos al menos hasta finales de este año, periodo en el que buscarán la venta a otro grupo que quiera mantener la actividad. También han propuesto recolocar a todos ellos en otras actividades de la empresa. La crisis de Buitoni se sitúa en Francia al mismo nivel que otras de gran envergadura, como la de presencia de benzeno en las botellas de agua Perrier en los 90, la de carne de caballo en las lasañas de 2013 o la salmonela en productos del grupo lácteo Lactalis, aunque en este caso la mala gestión de la comunicación agravó las cosas.

El cierre de la fábrica de pizzas Buitoni puede afectar a una comarca ya muy afectada por la desindustrialización, con un 20% de paro y que ahora puede ver cómo las 400 familias que directa o indirectamente viven de la planta pierden un sustento esencial. El ministro de Industria, Roland Lescure, visitó la fábrica el pasado 13 de marzo y aseguró que el Gobierno buscará que la crisis alimentaria no se transforme en un drama social.

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