gastronomía

Cuaresma: la abstinencia a la que obliga la inflación

El bacalao, uno de los productos estrella de la Semana Santa, no baja de los 20 euros el kilo
Cuaresma: la abstinencia a la que obliga la inflación

La inflación -aunque se ha moderado en el último mes- ha marcado esta Cuaresma en la que los precios ha obligado a muchas familias a celebrar con frugalidad estas fechas, en la que el pescado salado, sobre todo el bacalao, es uno de los productos estrella. Y es que, según el Banco de España, la comida representa el 25% del gasto familiar en nuestro país, frente al 21% de media de la eurozona.

En esta Semana Santa, en los principales supermercados, el precio del bacalao no baja de los 20 euros el kilo, si obviamos que el precio marcado 19,99 o 19,95 euros no deja de ser un eufemismo. Recurrir al cherne salado alivia un poco el gasto (en torno a los 12 euros) en las familias en la que este plato no falta en Cuaresma, ya sea guisado con aceite, vinagre y una buena pimienta, o el tradicional encebollado.

Muchos restaurantes empiezan a recuperar platos de la Semana Santa para ofrecer a sus clientes e incluso El Corte Inglés publicita su Semana del Bacalao en su cafetería y algunos grandes supermercados ponen salazones de pescado en oferta por la importancia de su consumo en estas fechas.

Y desconfíe de las gangas culinarias porque pueden darle no gato por liebre, pero sí maruca o abadejo como si del mejor bacalao se tratara, escondida su verdadera identidad -la piel- bajo kilos de sal gruesa.

Los amigos de la cuchara se han encontrado con un calor inusual para enfrentarse a otro de los clásicos de la Semana Santa, el potaje de garbanzos, espinacas y bacalao, demasiado contundente para degustar con temperaturas cercanas a los 30 grados.

Pero Cuaresma es sinónimo también de repostería, especialmente las tradicionales torrijas, que han trascendido estas fechas y ya forman parte de los menús de muchos restaurantes durante todo el año. Sin perder de vista que el pan y el azúcar han incrementado su precio un 18 y un 48%, respectivamente el último año. Los buñuelos y la leche frita son dos alternativas dulces para transitar por la Semana Santa y algunos obradores, como El Aderno, se atreven con los Huevos de Pascua a pesar de no ser una tradición demasiado arraigada en las islas.

En todo caso, la austeridad en la mesa impuesta por la tradición religiosa ha recobrado actualidad por la implacable subida de los precios de los alimentos.

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