Llegar a ser centenaria está al alcance de muy pocos, en concreto, solo del 0,008% de la población mundial. Con 106 años, Matilde Machuca es un caso excepcional porque “su desempeño es comparable al de personas de 80 años sin deterioro cognitivo”, coinciden los profesionales que la atienden en la residencia Ballesol Latina.
En las diferentes pruebas valoró notablemente su capacidad en memoria a corto y largo plazo, los conocimientos y hechos cotidianos y la capacidad de cálculo. “Sin embargo, más allá de los resultados, lo que más importa es su capacidad para desenvolverse en su vida diaria”, destacó Luis Sánchez, psicólogo de su residencia, reforzando que “se debe desmitificar la idea de que los trastornos de la memoria son normales en la tercera edad”.
El éxito de su longevidad está en vivir con salud, entendida como bienestar físico, mental y social. “En mi casa no ha habido chuletas, pero alegría no ha faltado. He ganado concursos de baile con mi marido”. Hay una asociación entre realizar actividades de ocio y el mantenimiento de la salud cognitiva, funcional y emocional.