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Omar Razzak: “Hemos creado una imagen artificial de Canarias que esconde otra realidad”

El cineasta canario acaba de ganar el premio Richard Leacock al mejor largometraje con 'Matar cangrejos', dentro del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria
El director de cine Omar Razzak. / Tony Hernández

Por Benjamín Reyes / Omar Razzak (La Palma, 1982) ha ganado con su tercer largometraje, Matar cangrejos, el premio Richard Leacock al Mejor Largometraje de la sección Canarias Cinema, del 22º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Matar cangrejos también obtuvo dos galardones en el último Festival de Málaga: mejor actriz y premio a la mejor película española en la sección Zona Cine. El próximo 26 de mayo se estrenará en salas comerciales esta película, que cuenta cómo era Tenerife en 1993, aprovechando el concierto de Michael Jackson.

-¿A qué alude el título?
“Me parece bonito dejarlo a la interpretación del espectador. Una de las lecturas es que hay una escena en la que un pescador enseña a un niño a pescar con cangrejos. En la documentación para escribir el guion leí que los cangrejos ermitaños tienen varias formas de buscar nuevas conchas. A veces, atacan a otros cangrejos para arrebatárselas. La película versa sobre el aprendizaje de dos niños. En el rodaje, el equipo le daba otra interpretación. Me decían: los cangrejos son la familia”.

-¿Estuvo en el concierto de Michael Jackson?
“Mi primera cinta de música fue el Bad, de Michael Jackson. No acudí al concierto, tenía nueve años y la entrada era muy cara y mis padres no me la compraron. Sí que estuve en los aledaños, en la plaza de la Candelaria, a escucharlo desde fuera”.

-¿Qué vínculo tiene con Bocacangrejo?
“Ninguno. La película la tenía imaginada desde hace muchos años y en principio se iba a rodar en Varadero, cerca de Barranco Hondo. Pero Varadero ha cambiado y parece un pueblo griego. Por eso decidí rodar en Bocacangrejo, que se mantiene casi igual que en 1993. Fue una decisión estética”.

“La película se mueve en el choque entre lo viejo y lo nuevo, entre la música folclórica y la música ‘hardcore”

-¿Hizo un castin para hallar a los dos niños protagonistas: Paula Campos y Agustín Díaz?
“Hicimos un castin durante varios meses, pero al final Paula Campos llegó a la película por recomendación de una persona. Ella no quería ser actriz y la tuvimos que convencer. Ahora sí se quiere dedicar a este oficio, de hecho la acaba de coger la agencia de Ruth Franco. Es una gran promesa de 15 años”.

-Habitualmente hace el montaje. ¿Por qué aquí decide que lo haga Katharina Wartena?
“Es fundamental tener definidas las funciones y, sobre todo, hay que tomar distancia. Cuando estás en medio de un rodaje el nivel de estrés es tan grande que uno ya no sabe lo que está haciendo. Wartena tiene más experiencia que yo”.

-¿Qué función cumple la música en la película?
“La película se mueve en el choque entre lo viejo y lo nuevo, entre la música folclórica y la música hardcore. Llega lo nuevo a Tenerife, por ejemplo, como la música de Michael Jackson, que no entendemos lo que dice porque canta en inglés, pero nos gusta, y empezamos a rechazar lo que sí entendemos. A Paula la obligan a hacer un baile folclórico para recibir a una estrella de la música pop, cuando a ella lo que le gusta es el hardcore”.

-Supongo que es intencionado el uso de localizaciones feístas: una carretera baldía, un edificio abandonado…
“Más que feístas, son espacios decadentes. Me gustaba la idea de que saliera el mamotreto de Añaza, fue idea de un alemán en la década de los 70 y ahí sigue. Sin embargo, el pueblo de Cho Vito, que lo hicieron los locales a lo largo del tiempo, se tiró. Me parece desproporcionado”.

“El trabajo como productor es muy creativo, montar me oxigena; el cine es un aprendizaje continuo”

-Hay dualidad entre la imagen turística de Tenerife y la imagen cotidiana.
“La base de la película es: ¿qué imagen queremos dar al mundo cuando llega Michael Jackson a Tenerife? Se decide que dos niños rubios vestidos con trajes de mago le reciban en el aeropuerto. Luego, lo llevan al Loro Parque. La imagen que te hacían dibujar en el colegio de la isla era el Teide y un loro. Hemos creado una imagen artificial de Canarias: la de un paraíso tropical, que esconde otra realidad”.

-Aunque la película está ambientada en 1993, da la sensación que refleja otra década anterior, como si una parte de la sociedad canaria no hubiera llegado a la modernidad.
“Es así. En Bocacangrejo hay gente que vive en casas muy humildes y hay casas reformadas para la plataforma Airbnb”.

-¿Qué significa para la película ganar dos premios en Málaga: mejor película española y mejor actriz en Zona Cine?
“Espero que signifique que la película va a llegar al público”.

-Ha producido recientemente el largometraje ‘La tara’ y el corto ‘El padre bueno’. ¿Cómo se diversifica?
“Generalmente, cuando haces cine de autor acabas trabajando de docente. Estuve tres años trabajando en la docencia, impartiendo clases de cine no narrativo, y preferí dejarlo. Por eso, he decidido dedicarme al cine en toda su extensión: montaje, dirección y producción. No puedo dirigir películas todos los años, pero sí puedo conseguir financiación para que las rueden otros. El trabajo de productor es muy creativo. Montar me oxigena. Me sirve para seguir aprendiendo de otros directores. El cine es un aprendizaje continuo”.

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