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La historia tras la foto viral de la sabina de El Hierro siendo aplastada y su nexo con la turistificación

La imagen de la sabina de El Hierro siendo pisoteada por una persona ha levantado ampollas en Twitter, donde pronto se ha viralizado
sabina de El Hierro

La imagen de la sabina de El Hierro siendo pisoteada por una persona ha levantado ampollas en Twitter, donde pronto se ha viralizado. La foto se ha publicado hoy, sábado 1 de abril, pero tiene, al menos, 12 años de antigüedad. Y, a pesar de ser vieja, tras ella hay toda una historia que merece ser contada debido a su vinculación con los efectos que la turistificación tiene en ocasiones sobre Canarias.

Hablamos de una imagen que, según las búsquedas en Google, ya fue polémica en 2011. Aquel año, la fotografía de la sabina de El Hierro fue publicada, nada más y nada menos, que por el exguitarrista de Queen Brian May. Cabe recordar que para el artista este árbol es muy importante, ya que fue imagen de la célebre portada de su disco ‘Another world’.

Las palabras de Brian May sobre la falta de respeto a la sabina de El Hierro

En concreto, Brian May dio en su blog personal su “más sentido pésame” a la sabina de El Hierro, el emblemático arbusto de tronco retorcido por el viento, y lamentó el maltrato que le infligen los turistas.

Además, deseó no ser responsable de haber empeorado la vida de la sabina de El Hierro por haberla convertido en “una celebridad”, pues para él “este bello árbol es muy especial y simboliza una forma de pensar”.

La reflexión de Brian May estaba relacionada precisamente con la imagen -que también se publica en su “blog”- en la que aparece un hombre subido al legendario árbol herreño mientras otro lo fotografía.

Confesó el músico que sintió una enorme tristeza al ver esta imagen “de la profanación” de la sabina de El Hierro por los turistas y afirmó que se pondría en contacto con las autoridades de la Isla por si él pudiera hacer algo para proteger a este árbol “fabuloso” que ha triunfado sobre los elementos, pero que podría morir por la ignorancia y el descuido de la gente.

El músico comentó que, al ver la foto, tuvo la sensación incómoda de que los turistas no eran españoles, sino de algún lugar “más cercano -dice- a mis propias islas”, y señala que la imagen simboliza “una enfermedad central que domina a la raza humana: la falta de respeto”.

“Este árbol para mí simboliza una forma de pensar. Forma parte del pequeño grupo de sabinas -una rara especie de arbustos coníferos que sólo se encuentran en las Canarias- que se erigen en campo abierto, constantemente expuestos a los intensos vientos que llegan del mar”, señaló.

Para sobrevivir, continuó explicando Brian May, estos árboles se curvan y se esculpen a sí mismos en formas extrañas y retorcidas, de manera que pueden dejarse llevar por la corriente en vez de oponerse directamente a las fuerzas de la Naturaleza.

Para Brian May, las sabinas son “como bonsais naturales” y recordó que, cuando estaba grabando el disco “Another world”, atravesaba una gran crisis personal y también buscaba algo parecido: encontrar fortaleza y flexibilidad en vez de permanecer rígido frente a las sobrecogedoras fuerzas del cambio.

Añadió que había mirado una foto “de este maravilloso árbol” en una revista y, sin saber apenas nada sobre él, emprendió una especie de peregrinación para conocerlo.

El músico habló a continuación de El Hierro y de su “viaje totalmente mágico”, pues esta pequeña isla apenas era visitada por los turistas en aquellos días y sólo había gente local, que entendían “qué precioso” era el estatus de su tierra, una obra de la Naturaleza casi sin estropear.

“La primera vez que puse los ojos sobre la sabina fue electrificante”, rememoró Brian May, pues era mucho más de lo que había imaginado: una dama elegante y con un trágico y largo sufrimiento, con la cabeza agachada, los cabellos y ropas desgarrados por el viento, en un acto de sumisión a los elementos.

Pero lo mágico en esa sumisión es el desafío que lleva a la sabina de El Hierro a su victoria final, prosiguió el músico británico, quien señaló el profundo respeto que sintió ante el árbol, al que nunca tocó “ni una rama”.

Sí recordó que sintió el pesar de que, al expandir el conocimiento sobre la sabina de El Hierro, podría hacerla más vulnerable al maltrato, por lo que una parte de él quería irse y mantener el secreto sobre el árbol.

Incluso oró para que cualquiera que siguiera sus pasos mostrase el mismo respeto y reverencia a este ser único, precisó.

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