Hace tres años que Ritva Tuulikki Cabrera del Toro inició los trámites para la jubilación y su expediente sigue sin revolverse hasta la fecha. Tras casi 30 meses de respuestas vagas, recientemente descubrió que mantiene una deuda con la Seguridad Social por un importe de más de 4.000 euros.
Con más de 27 años cotizados en España y otra decena en Noruega, Finlandia, Suecia y Grecia, Ritva creía que había llegado la hora de retirarse y descansar. Sin embargo, ha comenzado un intenso calvario que parece no tener fin.
“Le han dado todas las largas posibles desde la Seguridad Social”. “Me parece muy injusto para una persona que ha estado trabajando desde los 16 años y que ahora, cuando se supone que tiene que relajarse en sus últimos años, no pueda recibir ningún tipo de ayuda por todo este tiempo”, lamentó.
Ritva tiene 68 años y está enferma con epilepsia, y lleva años que no ha recibido ningún tipo de ayuda ni pensión. “No creo que hayan dado un trato digno a mi madre, ha sido una falta total de humanidad. Parece que lo que quieren es desgastar a las personas hasta tal punto de que se desmotiven y asuman que nunca van a recibir su pensión”, denuncia su hija Kataysa. Recuerda cómo en el primer año y medio su madre les llamaba o les enviaba “correos electrónicos o cartas” casi toda las semanas y la respuesta era que “debía esperar, que su expediente estaba en proceso”.
“Le decían que alguno de los países no había respondido o no había enviado la documentación y no sabían si tenía derecho”. Llegó hasta tal punto la desesperación ante tanto tiempo de espera que se dirigió a la Seguridad Social para decirles que se olvidaran de esos países, que tramitaran la pensión por el tiempo cotizado en España. “Es que no entendíamos el porqué de este retraso, la Seguridad Social nunca fue clara con mi madre”, lamentó Kataysa.
Ritva Tuulikki Cabrera del Toro trabajó toda su vida como guía turística y en un corto periodo de tiempo abrió un negocio de restauración en 2006. En su última cita presencial ante la Seguridad Social, el 27 de octubre de 2022, ya nos informaron que “mi madre tiene una deuda pendiente de 4.394,21 euros desde hace 17 años y hasta que no la regularice no hay nada que hacer”.
“Es increíble, continuó Cabrera, “han esperado tres años para notificarnos esta deuda y poder intentar regularizarla. En el primer año tenía un pequeño ahorro, pero ahora, con tanto tiempo que ha pasado sin cobrar pensión, ya no le queda dinero. Estamos muy disgustados, ha dejado de ingresar estos tres años más de 25.000 euros”.
Para poder solicitar algún tipo de pensión, prestación, bonificación o subvención, uno de los requisitos necesarios es no tener deudas con la Seguridad Social, ni siquiera aquellas personas que pudieran acceder a una pensión no contributiva.
Tras decenas de quejas y citas con la Seguridad Social por el retraso de la tramitación de suspensión, Ritva tristemente ha tirado la toalla y posiblemente fallezca sin recibir su pensión. “Ha pasado tres años y el expediente ya no está ni en proceso de tramitación. ¿Cómo una persona de 68 años sin ingresos puede hacer frente a esos 4.300 euros?”. “No están haciendo absolutamente nada, están esperando a que se muera”, denunció Kataysa.