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Una madre tinerfeña, con un hijo en silla de ruedas, clama por un piso adaptado

Viven en un cuarto piso sin ascensor en Añaza y el joven, para acceder a su vivienda, tiene que subir gateando
Una madre tinerfeña, con un hijo en silla de ruedas clama por un piso adaptado

El diputado del Común, Rafael Yanes, se reunió ayer con Teresa Hernández, madre de Ayan, un joven de 23 años con polidiscapacidad (física e intelectual) y usuario de una silla de ruedas, que vive en un cuarto piso sin ascensor en Añaza, en Santa Cruz de Tenerife. Desde 2016 solicitó una vivienda adaptada, ya que la movilidad de su hijo es cada vez más limitada, o la instalación de un ascensor en el edificio, pero sin respuesta.

Esta madre, que sufre una evidente artrosis en todo el cuerpo, tiene que bajar por las escaleras a su hijo en la silla de ruedas si quiere sacarlo a la calle, y para subir a su piso, él lo hace gateando por las escaleras, “porque yo ya no puedo, no tengo fuerzas”, relató emocionada. “Cada vez me cuesta muchísimo más salir” con él y lamentó que “hay días que tiene que quedarse en casa”. Además, desveló que su gran temor y miedo es tropezarse al bajarlo, por si, dijo, “nos caemos los dos por las escaleras”.

Teresa Hernández explicó a Rafael Yanes que está intentando que pongan un ascensor en su edificio o conseguir que permuten su vivienda por otra adaptada “para poder tener unas condiciones de vida dignas”, dijo. Asimismo, señaló que en varias ocasiones ha hablado con sus vecinos “y la mayoría de los propietarios estarían de acuerdo”, pero otros no podrían afrontar ni el coste de la obra ni su mantenimiento. “Parece que la única opción es cambiarme de vivienda, porque si ponen el ascensor y se estropea “tendría que seguir bajando a mi hijo por las escaleras”, manifestó.

Teresa no se imaginó que vivir en un cuarto sin ascensor repercutiría tan negativamente en su calidad de vida y en la de su familia. Inicialmente era una vivienda de protección oficial, pero en el año 1997 la pasó a su propiedad. En 2000 nació su hijo Ayan con discapacidad (física e intelectual) y con su crecimiento y el envejecimiento de la madre, los problemas de movilidad van aumentando. “Nunca me imaginé que me iba a encontrar con esta situación y desde entonces hemos estado luchando. Yo solicité en 2016 un certificado EVO como que la vivienda no era adaptada, pero ya antes había empezado a moverme un poco”, dijo.

Rafael Yanes: “La accesibilidad es una necesidad”

El diputado del común, Rafael Yanes, afirmó que cuando hay una “situación social tan grave como esta, nos preocupamos”. “Es un asunto difícil y complicado”, debido a que es una vivienda de su propiedad y solo habrían dos posibilidades de actuación: por un lado, “contactar con el Instituto Canario de la Vivienda (Icavi) con el objetivo de buscar alguna alternativa habitacional” para esta familia, y, por otro, “hablar con el Ayuntamiento de Santa Cruz por si tiene habilitadas subvenciones para que las viviendas que no son accesibles, puedan serlo”.

Aseguró que “la accesibilidad es una necesidad social cada vez más importante”, no solo en los espacios públicos, sino también en la vivienda, ya que recordó que “tenemos una población cada vez más envejecida”, dependiente o con discapacidad, “y los requerimientos de accesibilidad van a ser cada vez más mayores con el paso del tiempo, así que es un camino sobre el que tenemos que avanzar” todas las administraciones.

Por su parte, la presidenta de la Plataforma Queremos Movernos, Ana Mengíbar, recordó que “muchas personas con discapacidad y con edad avanzada están viviendo en lugares no accesibles,y no hay interés por parte de las administraciones en favorecer que puedan vivir con dignidad. Tenemos barrios con muchas dificultades y el que no se exija ni trabaje en garantizar un acceso a la vivienda digna nos parece, a estas alturas del siglo XXI, una asignatura pendiente y casi constitutiva de delito”.

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