Un tipo de cine que no se adscribe a un autor, sino a muchos; dirigido a la participación y la inclusión social, a la dinamización de los barrios y al enriquecimiento personal y cultural de sus artífices. Tomados como colectivo y también de uno en uno. Una forma de hacer cine que, en definitiva, “no quiere dejar a nadie atrás”. Esta es, a grandes rasgos, la idea que está presente en los talleres de cine social que lleva a cabo el cineasta tinerfeño Raúl Jiménez (La Laguna, 1973). Y también en el Cisoca Fest, el Festival de Cine Social de Canarias, cuya primera edición está organizando en colaboración con la Fundación DIARIO DE AVISOS.
En estos momentos, y de la mano de la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de La Laguna, vecinos y vecinas de los centros ciudadanos de Finca España, Bajamar y San Diego se hallan inmersos en la realización de un largometraje -cuyo título se conocerá a partir de una reflexión conjunta tras analizar el material rodado-, que de alguna manera sigue la estela, y el satisfactorio resultado, de Me llamo François, la película colectiva estrenada en 2022, fruto del proyecto abordado en ese momento en los barrios de La Candelaria, San Luis Gonzaga y El Ortigal.
LOS TOSCALES
Del mismo modo, pero en este caso junto al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, vecinos y vecinas de El Toscal se implicaron en llevar a cabo Crónicas de los Toscales, un documental que se adentra en la historia del popular barrio capitalino y en la memoria de sus espacios y protagonistas más emblemáticos. Esta misma semana, el Consistorio santacrucero ha puesto a disposición de todas las personas interesadas un enlace digital para contemplarlo en YouTube (https://youtu.be/vqN-7ivKOA4).
“Del rodaje del nuevo largometraje en La Laguna -detalla Raúl Jiménez Pastor en una charla con DIARIO DE AVISOS- ya tenemos cubierto prácticamente el 50%”. “Los vecinos de cada centro ciudadano cuentan con un plan de producción, con un número determinado de secuencias que se deben llevar a cabo. También se crean otras que sirven de puente entre los tres relatos planteados, poniendo en común personajes y acontecimientos. Con todo ello, lo que buscamos es no solo que la obra final posea una unidad, sino también fomentar el sentido de comunidad y que cada equipo de rodaje interactúe con los otros dos”, subraya.
“Es una película coral en todas sus vertientes, en la que se contarán varias historias que los propios vecinos han creado, han escrito y han reflexionado”, señala Jiménez acerca de un proyecto que comenzó a plasmarse en noviembre del pasado año y se estima que tenga su estreno a mediados de junio.
Uno de los aspectos que pone de relieve Raúl Jiménez es la “predisposición absoluta” que recibe de los participantes en los talleres de cine social al plantearles cada proyecto audiovisual: “La respuesta es muy favorable. Y eso responde, sobre todo, a la voluntad de hacer las cosas bien, sin ser pretenciosos, cuidando la fotografía, siendo conscientes de dónde vamos a grabar y de que cada escena procuraremos trabajarla de la mejor manera posible”. “Estamos hablando de actores y actrices no profesionales. Hay quien prefiere a los profesionales de la industria, pero a mí me gusta mucho trabajar de esta manera, pues es una forma de expresión muy libre”, apostilla. “Por otro lado, tenemos muy claro que lo más importante no es la película que hagamos -detalla el cineasta-, sino el camino recorrido”.
EL FESTIVAL
Dentro de esa misma filosofía está el Festival de Cine Social de Canarias, el Cisoca Fest, cuya puesta en marcha se plantea para septiembre. “Está orientado hacia la inclusión social y tanto a gente sin experiencia como a profesionales. Tendrá presencia fuera de la Isla, pues hay vínculos con la Península, Argentina, Colombia, Senegal… Es interesante contactar con otras iniciativas, de gestión cultural o de exhibición cinematográfica, con experiencias similares a la que planteamos”.
Proyecciones, talleres, charlas y actividades para las familias son algunos elementos que darán contenido al Cisoca Fest, que “también posee un claro sentido igualitario, pues muchas mujeres se encargarán de protagonizar y llevar a cabo este proyecto”, indica el cineasta lagunero, quien alude, asimismo, a la voluntad de fijar la mirada en la historia del cine aficionado. “Queremos contar con personas que en los años 60 y 70 salían con sus cámaras de super-8 y poseen auténticas joyas sobre la Canarias de aquella época”.
En principio, apunta Jiménez, este festival de pequeño formato y carácter itinerante se celebrará en la capital tinerfeña, “pero está abierto a cualquier otro municipio”, concluye.
LA BÚSQUEDA DE LO LÚDICO, LO CINEMATOGRÁFICO Y LO COMUNITARIO
“Más que como un proyecto meramente formativo, entiendo los talleres de cine social como talleres cinematográficos donde prima lo lúdico y el deseo de contribuir al bienestar social”, explica Raúl Jiménez en otro momento de la conversación. “Es una gran experiencia el podernos reunir todos, cada uno con nuestros perfiles, para compartir nuestras ideas en busca de un objetivo”, resalta. “Si los talleres aportan algo a quies participan en ellos, en su vida personal y también cultural, me doy más que por satisfecho. Y si encima nos sale una buena película, pues mucho mejor aún”, señala.
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