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Despedida con honores en una noche mágica en el Heliodoro Rodríguez López

Más de 12.000 aficionados dijeron “hasta pronto” a dos auténticas leyendas blanquiazules: Luis Miguel Ramis y Carlos Ruiz
La fotografía de la noche, el abrazo de Ramis con Carlos Ruiz. CD Tenerife

Las despedidas de Luis Miguel Ramis y de Carlos Ruiz se convirtieron en el reclamo ideal para que más de 12.000 blanquiazules se dieran cita el pasado sábado en el Heliodoro Rodríguez López. El equipo no se jugaba nada especial, pero había que despedir con honores a aquellos que han honrado la camiseta birria durante tanto tiempo de estancia en la Isla. En el caso del entrenador dos temporadas y medias. Para el defensa, diez largos cursos de alegrías y sin sabores. Ambos fueron manteados, ovacionados, vitoreados y despedidos como dos auténticas leyendas del CD Tenerife. El estadio vivió una de sus noches mágicas.

El míster catalán y su cuerpo técnico (José Gil, Iván Madroño y Miguel Á. Fernández) dijeron adiós tras 30 meses de servicio con una hoja de servicio privilegiada. Salvó la categoría en los primeros meses de estancia en el banquillo y en su segundo curso se quedó a las puertas de la gloria. Es, además, el segundo entrenador con más partidos dirigidos al equipo en la centenaria historia del club.

El defensa también forma parte de esa historia. Con 286 citas acumuladas, contando la de anoche, es el octavo futbolista que más veces ha defendido el escudo blanquiazul. El central granadino, que cumplirá 40 años en julio, jugó su último partido en el Heliodoro con la camiseta del Tenerife tras una década de estancia en la isla. Jugó de inicio y su retirada del terreno de juego fue uno de los momentos más emotivos de la noche. Llegó en el momento 74. Ramis ya tenía previsto relevarle antes del final para que se llevase el cariño del respetable. El de Baza le cedió cariñosamente el brazalete de capitán a Aitor Sanz.

Con una nueva victoria en la mano, tras la remontada cosechada ante el Burgos gracias a los goles de Mo Dauda y de Waldo Rubio, quedaba la parte más emotiva de la noche.

Los dos protagonistas recibieron el reconocimiento de todos sus compañeros y de todo el estadio. Ni un alma se movió de su sitio a pesar de que el colegiado había pitado el final de la contienda.

Ramis y Carlos fueron manteados y luego pudieron dirigirse a los seguidores. Micro en mano, agradecieron tanto cariño que la afición les ha mostrado. Ambos fueron manteados y recibieron, como obsequio, una camiseta firmada por todos los componentes del vestuario.

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