Michele Barco, de 59 años, perdió la vida en su último día de trabajo en la empresa de confección italiana Belvest, donde ejercía como responsable de control de calidad.
La fiesta de jubilación estaba preparada, pero antes de brindar con sus compañeros se desplomó y poco después se confirmó la tragedia.
Como es lógico, el suceso conmocionó al resto de trabajadores e incluso la empresa suspendió las operaciones. Y es Michele era muy querido por todos. Vivía con su madre en el pueblo de Piazzola.
Todo apunta a que el veterano empleado de Belvest sufrió un infarto, si bien sus allegados confirmaron que no había sufrido problemas de corazón y estaba en buenas condiciones físicas.
