La ciudad ilegal que se desarrolla en el municipio de Arona junto a El Fraile tiene ya 200 vecinos. No habitantes, sino vecinos de pleno derecho, que han logrado, al menos desde 2014, sortear las exigencias legales para que el Ayuntamiento les reconozca la residencia en ese lugar; toda una contradicción, si se tiene en cuenta que se trata de una parcelación ilegal situada en un suelo rústico de protección agrícola, que, por ley, no puede tener uso agrícola.
Sin embargo, así ha sido. Y hay al menos dos centenares de personas que figuran como residentes en ese lugar, tal y como explicaron a DIARIO DE AVISOS fuentes conocedoras de la información que se intercambió entre el municipio y la Agencia Canaria de Protección del Medio Natural.
Hay que tener en cuenta que fue el anterior equipo de gobierno, con el concejal de Urbanismo, Leopoldo Díaz Oda, y el alcalde, José Julián Mena, quienes pusieron en marcha el procedimiento que llevó a la Fiscalía a investigar esta ciudad salida de la nada. ¿Cómo han llegado esas personas a figurar como vecinos de un lugar en el que no puede haberlos? No se sabe. Ya anteriormente había ocurrido algo similar con un centro comercial okupa en el paseo de Los Tarajales (Los Cristianos).
No solo eso, sino que, en estos momentos, Lomo Negro contaría ya con más de un centenar de edificaciones y de estructuras removibles para residir en ellas, algo de muy complicada legalización, ya que este tipo de suelo prohíbe no solo construir en él, sino instalar nada que tenga uso residencial.
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