Avi Loeb, un reconocido físico y profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard, defiende firmemente la idea de que los extraterrestres han visitado la Tierra. A diferencia de muchas personas que han hecho afirmaciones similares sin fundamento, Loeb se destaca por su experiencia y credenciales académicas.
Hace unos años, Loeb fue el único científico que se atrevió a proponer que el asteroide Oumuamua era, de hecho, una nave espacial alienígena. Mientras que otros científicos consideraban que se trataba simplemente de una roca interestelar proveniente de otra estrella.
Según un informe de The Independent, en 2019 Loeb y su equipo estaban analizando las grabaciones de los meteoritos recolectados por la NASA cuando se encontraron con un hallazgo notable. Un meteorito, llamado IM1, se movía a una velocidad superior al 95% de las estrellas cercanas y explotó mucho más tarde que la mayoría de las rocas que ingresan a la atmósfera terrestre.
Loeb afirmó que este objeto era de origen interestelar, es decir, proveniente de otra estrella. Este fenómeno es extremadamente raro, ya que implica que el objeto debe moverse a una velocidad inmensa para poder escapar de la gravedad de su estrella de origen.
El profesor Loeb y su equipo calcularon con precisión el punto en el que el meteorito IM1 cayó al mar, en Papúa Nueva Guinea. Recientemente, gracias al patrocinio de Charles Hoskinson, fundador de la blockchain Cardano, Loeb logró recaudar el millón y medio de dólares necesarios para enviar un submarino a una profundidad de 2.000 metros y realizar un descubrimiento importante.
Encontraron 50 esférulas metálicas con un diámetro de apenas medio milímetro. Estas esférulas están hechas de una aleación de acero y titanio que resulta ser más resistente que el hierro presente en la mayoría de los meteoritos, lo que podría explicar su explosión tardía.
El profesor Loeb está convencido de que estas esférulas son evidencia de un meteorito interestelar o incluso de una creación realizada por una civilización alienígena. Ambas posibilidades serían excepcionales, ya que hasta ahora nunca se ha tenido en posesión un objeto de origen interestelar, y mucho menos uno creado por seres extraterrestres.
Sin embargo, cabe destacar que se han encontrado esférulas similares en el pasado, y la aleación de acero y titanio podría haberse formado de manera natural durante la desintegración del meteorito en la atmósfera. Se requieren análisis más exhaustivos y comparaciones con otros asteroides para confirmar las hipótesis de Loeb.