Llega el verano y, con él, las ganas de un helado que ayude a refrescar el cuerpo. Si a ello se suman las altas temperaturas que se están viviendo en las últimas semanas, los productos se vuelven irresistibles. Además, el Archipiélago se ha convertido en uno de los territorios españoles donde más se consumen.
Según el Panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España se consumieron 149 millones de litros de helado entre junio de 2020 y mayo de 2021, con Baleares y Canarias a la cabeza. Esto se traduce en que cada persona se gasta 12 euros al año en helados y come una media de 3,23 litros.
El poder de este postre es que es capaz de adaptarse a las tendencias actuales de consumo: productos sin lácteos, veganos, con proteína, ricos en fibra, probióticos, bajo en calorías… En la variedad está el gusto.
Los supermercados Lidl no han dudado en ofrecer a los consumidores una amplia gama de sabores “de placer saludables”. Por ello, sus dos marcas Gelatelli y Bon Gelati proponen hasta nueve opciones de helados: proteicos, sin azúcar, mochis, veganos, con trozos de galleta o caramelo, o de sabores poco habituales como pepino, kiwi o manzana.
Los helados disponen de certificaciones de cacao sostenible, como el Rainforest Alliance o el sello Fairtrade. Estos certifican que el chocolate cumple los estándares de comercio justo establecidos, además de fomentar una agricultura justa y respetuosa con el medio ambiente.
