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“El éxito de construir la Macaronesia pasa por potenciar la movilidad entre las islas”

Juan Cárdenes Martín, presidente de la Asociación canaria para el Progreso de la Macaronesia
Juan Cárdenes Martín, presidente de la Asociación canaria para el Progreso de la Macaronesia
Juan Cárdenes Martín, presidente de la Asociación canaria para el Progreso de la Macaronesia. / Ramón de la Rocha

Un grupo de personalidades de Canarias, Cabo Verde, Azores y Madeira está empujando desde cuatro asociaciones para el desarrollo de la Macaronesia por crear una corriente de opinión y un espacio común con el fin de fomentar e impulsar proyectos de cooperación, aprovechando la historia común y las similitudes culturales y sociales. Juan Cárdenes, presidente de la Asociación Canaria para el Progreso de la Macaronesia, afirma, tras la reciente Escuela de Verano sobre este marco geográfico, que el primer paso “es el conocimiento común y crear un Erasmus de la Macaronesia”.

-¿Qué balance hace de la Escuela de Verano?
“Ha sido un éxito por su asistencia, con la presencia de estudiantes universitarios y profesores de las universidades públicas de los cuatro archipiélagos, así como por su contenido. Se enmarca dentro de una iniciativa que en la Asociación Canaria para el Progreso de la Macaronesia denominamos La Macaronesia del conocimiento, que pretende que recién licenciados de Azores, Madeira, Cabo Verde y Canarias confluyan en un intercambio de ideas y de conocimiento. Estamos pensando ya en la Escuela de verano como una especie de Erasmus de la Macaronesia”.

-¿Con qué objetivo nació la Asociación para el Progreso de la Macaronesia?
“La asociación se viene gestando hace mucho tiempo, pero oficialmente se creó en diciembre de 2022. Muchos de los que estábamos participando con los gobiernos de las Islas tenemos este anhelo que había que consolidar y hacer un esfuerzo por avanzar juntos, pero veíamos que cuando entraban nuevos políticos no se avanzaba. Tras un primer encuentro en 2012, hubo que esperar a 2018. Miembros de la sociedad civil en Cabo Verde, Azores, Madeira y Canarias decidimos que había que darle un impulso y creamos en cada región asociaciones para el progreso de la Macaronesia. La primera ha sido en Canarias. Con las de Azores, Madeira y Cabo Verde la idea es empujar, fomentar, impulsar ideas y proyectos. Nosotros participamos en la Escuela de Verano de la Macaronesia y si llega la ayuda financiera, trataremos de organizar en noviembre un encuentro sobre el Valor del patrimonio cultural y natural de la Macaronesia para dar valor a lo que tenemos, porque no se conoce y queremos divulgar”.

-Nos unen muchas cosas. ¿Tantas como para avanzar en una entidad jurídica propia?
“Lo que nos preocupa, en primer lugar, es consolidar una Macaronesia del conocimiento, que haya una fluidez de entendimiento de todas las islas, las investigaciones, la formación y la enseñanza en la Universidad, en la sociedad. Una vez que avancemos en el conocimiento, lo otro vendrá por sí solo. ¿Por qué un marco jurídico? Porque tendríamos más apoyo de los gobiernos y de la Unión Europea. Vamos a trabajar desde el conocimiento en este intercambio y crear un sentimiento de los cuatro archipiélagos de reinventar la Macaronesia, dado que ya en la historia existían esos lazos y unión, hay que retomar ese concepto y trabajar en darle un formato más oficial, por decirlo de alguna manera, con personalidad jurídica propia, que lo posibilita la figura de la UE denominada Agrupación Europea de Cooperación Territorial y que permite la asociación con países terceros (Cabo Verde). También hemos recibido ayudas en el programa de cooperación Interreg Mac con fondos europeos Feder o el proyecto Integra, liderado por la Viceconsejería de Acción Exterior, para trabajar en la elaboración del Libro Blanco de la Macaronesia con el análisis de las fortalezas, debilidades y oportunidades de 11 subsectores con gran potencial, todos ligados en la conectividad aérea y marítima, y cuya puesta en marcha tiene como objetivo, además de repercutir en el PIB de los cuatro archipiélagos, lograr la cohesión social”.

-Cuatro archipiélagos situados en el Atlántico Medio, con cuatro millones de habitantes. Todos ellos tienen como motor de la economía el turismo…
“El principal motor es el turismo y en eso coincidimos todos. La paradoja es que si observamos nuestras historias, siempre hemos estado dependiendo de un monocultivo: pasamos de la caña de azúcar al vino, al plátano o a las conservas de la pesca, y ahora estamos en el monocultivo del turismo. Por ejemplo, en Cabo Verde si no es el turismo, no se sobrevive, y en Canarias ya sabemos la importancia y el peso que tiene, lo mismo que en Madeira y Azores. Los cuatro archipiélagos forman parte desde hace seis siglos de las principales rutas marítimas comerciales del planeta. Ahora, el motor económico fundamental es el turismo, con 19 millones de visitantes. Es esencial ofrecer la posibilidad de diversificar hacia circuitos de cruceros entre los archipiélagos, desarrollar el ecoturismo y el turismo náutico. Todos queremos turistas y es el caballo de batalla de las cuatro regiones. Ningún archipiélago ha tenido la suerte de tener otras opciones económicas potentes de subsistencia y no han sido capaces de desarrollar un tipo de industria efectiva. Una aspiración es ser clave en la ruta marítima de los productos africanos hacia Europa, convertir y poner en marcha una economía circular y una nueva industria de los residuos, así como lograr autonomía energética a través de sus recursos naturales. Son algunas de las actuaciones propuestas en el Libro Blanco”.

-¿Hacia dónde podemos llegar los cuatro archipiélagos juntos en el futuro?
“Cuanto más se sume, mejor. Lo que pretendemos es tener más músculo, crear sinergias e incluso se habla de una marca Producto de la Macaronesia. Tendremos un mercado mayor y hay muchas ventajas estando unidos como región que luchar cada archipiélago por su lado. Además, los isleños tenemos un sentimiento diferenciado de la sociedad continental. Diferenciar este sentimiento, esta unión, en la cual el idioma no es una barrera, porque el portugués y el español están muy próximos, donde hay muchas similitudes en la cultura, las costumbres, la gastronomía… Por tanto, un caboverdiano se puede sentir como en su casa en Canarias y un canario igual en Madeira. Hay que recordar que ya en siglos pasados estuvimos muy unidos por las rutas marítimas comerciales. Una pregunta importante que me hacen es si la Macaronesia existe. Ahora mismo no existe como la queremos, pero existió en el pasado. Ahora estamos en una fase de recuperar ese proyecto, esa unión que teníamos y que, por diferentes motivos políticos de particiones y tratados, casi nadie se acuerda. Incluso, los habitantes de Azores no recuerdan de que tuvieron muchísima relación con Cabo Verde”.

-Los archipiélagos han sido muy codiciados por su posición estratégica y sus recursos naturales…
“Por eso, hay que hacer un esfuerzo y es importante que la población civil se movilice con estas asociaciones e intentar impulsar la creación de una región de estabilidad, de paz y de seguridad. Además de españoles y portugueses, han sido de gran interés para británicos, holandeses, alemanes, estadounidenses, rusos o chinos. Azores, Madeira, Canarias o Cabo Verde están ya en el mapa, pero la geopolítica, con estos últimos acontecimientos, ha cambiado y la Macaronesia es un sitio vital y estratégico. Por lo tanto, podemos y vamos a aportar muchas más cosas. La unión de los cuatro archipiélagos sería nuestra fuerza. No es lo mismo solicitar algo que por justicia nos corresponde unidos, como por ejemplo la soberanía de las aguas de la Macaronesia a la Unión Europea o a la ONU, que hacerlo individualmente”.

-Es cónsul de Cabo Verde en Canarias. ¿Cómo se encuentran las relaciones entre ambos archipiélagos?
“Llevo 40 años como cónsul general honorario. Llegué a Cabo Verde en el año 1975 con la independencia y he vivido la evolución de su sociedad y las relaciones entre ambos archipiélagos. Por supuesto que ha tenido avances y parones, fundamentalmente debidos a la falta de comunicaciones. Por eso, el éxito de construir la Macaronesia y que funcione como unidad, y todo lo hablado anteriormente, pasa por intensificar y potenciar la movilidad entre los archipiélagos, sin eso va a ser mucho más difícil y mucho más costoso. Y eso es lo que ha pasado con las relaciones entre Canarias y Cabo Verde. Por ejemplo, una época buena fue cuando tuvimos comunicaciones más o menos razonables, pero cuando nos hemos quedado casi sin conexiones hemos estado más aislados y se frenaron las relaciones. Contamos con subvenciones europeas del programa de cooperación Interreg Mac y los fondos Feder de ayuda al desarrollo. Las regiones de la Macaronesia pretendemos crear una zona de estabilidad y buena vecindad con Marruecos y Mauritania. Estos fondos nos han ayudado también a conocernos y a relacionarnos más. Con más conexiones de transporte, tendríamos más avances. Hay que hacer esfuerzos para que las autoridades y los operadores nos apoyen”.

-¿Mantiene Canarias una relativa importancia en su PIB?
“En un momento determinado sí tuvo una mayor importancia, pero ahora menos. Unas 60 empresas canarias funcionaron en Cabo Verde cuando teníamos dos y tres vuelos diarios entre ambos archipiélagos y con destinos en dos islas, pero se han ido cerrando y han ido desapareciendo las relaciones. Ahora quedan empresas de servicios un poco residuales, sobre todo los hoteles. Esto ha sido aprovechado por empresas portuguesas para establecerse. Canarias ha perdido protagonismo, sobre todo porque desde Lisboa hay de siete a ocho vuelos diarios a tres islas de Cabo Verde, mientras que los canarios solo tenemos un vuelo a la semana y su destino es la isla turística de Sal, con 20.000 habitantes. Para viajar a la isla donde se encuentra la capital, Praia, y donde se da la toma de decisiones políticas y la mayor actividad económica y de negocios, con unos 150.000 habitantes, hay que coger allí otro vuelo o barco. Ya toda la banca, los seguros o las empresas de telecomunicaciones son portuguesas. Para que Canarias pueda recuperar protagonismo todo pasa por potenciar las comunicaciones, sin esto vamos a estar ahí cerca, a 1.000 kilómetros y dos horas de vuelo, cuando desde Lisboa son cuatro horas, pero ellos tienen muchas más frecuencias”.

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