cultura

Mariola Martín, los paisajes interiores que crea la emoción

La pintora tinerfeña, que acaba de exponer en Bélgica, recurre al expresionismo abstracto para llenar de luz cada obra
La artista tinerfeña Mariola Martín. / DA

Paisajes que tienden a la abstracción. Una obra plenamente emocional en la que la luz, siempre la luz, y el color van configurando un itinerario artístico que parte del interior para llegar a territorios en los que reviste tanta importancia lo que se ve como lo que se intuye. La pintora tinerfeña Mariola Martín acaba de regresar de Bélgica, donde, junto a la artista lumínica que firma como Lamps by Jacqueline, ha expuesto Vibrant.

“Wouter De Bruycker Fine Arts & Gallery (WDB) es un espacio maravilloso que se encuentra ubicado en pleno centro de Amberes”, detalla Martín. “Es de un galerista que antes estaba en Gante, una persona que siempre ha apostado por ideas frescas, novedosas y, especialmente, por aquellas que le confieren mucha importancia al color”. “A mí me apasiona el gran formato -añade-, pero en esta ocasión abrí un poco el abanico y expuse un total de 13 obras grandes y medianas. Mis trabajos poseen una vibración muy alta de color, y eso a él le interesó desde un principio”.

La obra de la pintora nacida en Santa Cruz de Tenerife transita por el expresionismo abstracto. / DA

CALIDEZ

Frente a unas condiciones meteorológicas en las que suelen imperar el frío y los cielos grises y lluviosos, Mariola Martín pone de relieve la forma de entender y desarrollar la vida de los habitantes de la ciudad belga, “casi más propia de una cultura atlántica o mediterránea que del norte de Europa”. “Amberes, con la que mantengo un vínculo de hace más de 20 años gracias a mi amiga Jacqueline, es una ciudad que siempre me sorprende. Cuando llegas a conocerla, observas que la gente hace mucha vida en la calle, que le encanta disfrutar del aire libre y por eso de alguna manera esta exposición, con tanta luz, con tantos colores, resultaba, a mi juicio, muy apropiada”.

DIFUSIÓN

De vuelta a la Isla, la pintora nacida en la capital tinerfeña se muestra muy satisfecha de su nueva incursión en el mundo artístico y cultural belga -es la segunda ocasión en la que muestra sus obras en Amberes- y ya tiene previsto volver a exponer el próximo año-. “Para cualquier artista de Canarias resulta muy importante abrir puertas en el exterior -afirma-, pues las exposiciones de carácter internacional son el mejor camino para darse a conocer más allá del Archipiélago”.

El estudio de la artista. / DA

Acrílico sobre madera o, como en Vibrant, sobre lienzo, son las técnicas y soportes con los que ha trabajado últimamente Mariola Martín, aunque también recurre al collage como medio expresivo y ahora mismo desea adentrarse en el óleo. “Si tuviera que definir mi obra -argumenta-, yo hablaría de expresionismo abstracto, con cierto componente romántico y, sobre todo de una obra muy poética, una poesía que es fruto de las emociones que intento transmitir. Mis paisajes no suelen partir de referencias; en alguna ocasión puede inspirarme una fotografía, pero son paisajes que tengo dentro. De la misma manera, suelo titular cada cuadro, pero lo que busco es que la interpretación la haga quien los observe a partir de lo que le sugieren. Hay quienes ven en ellos una nube, un camino, la silueta de Europa… Esas diferentes lecturas me gustan mucho”.

Pero esa voluntad expresiva que traslada al cuadro lo que contempla la artista en su interior no significa, ni mucho menos, que el entorno no influya: “Tengo mi estudio en Guamasa (La Laguna) y me siento muy afortunada por la paz que me brinda trabajar en plena naturaleza. Justo eso es lo que necesito para ponerme a trabajar. Me costaría mucho pintar en una habitación con poca luz o con vistas a un edificio”, apostilla Martín, al tiempo que señala que cada serie, cada proyecto artístico le demanda un tiempo, una pausa y un “entrar y salir” de la obra muy prolongados.

Cada creación plasma un paisaje interior. / DA

“Puedo estar trabajando simultáneamente con dos y tres cuadros -expone-, de manera que cuando me siento bloqueada con uno de ellos, paso al siguiente. Rara vez comienzo y termino una obra en pocas semanas, porque necesito observarlas desde fuera, analizarlas e irlas rematando hasta que llego a la convicción de que están terminadas. Y ahí también tiene mucha importancia la parte emocional, el cómo me sienta en cada momento”.

De una serie a otra, de un proyecto al siguiente, existe una continuidad, un sello propio que es reflejo de una trayectoria. Sin embargo, también hay algo de ruptura, de deseo de experimentar y transitar otros caminos. “En cada ocasión me gusta enfocarme en una temática distinta o emplear colores predominantes diferentes. Me sería muy difícil dedicarme solo a pintar variaciones sobre unos mismos paisajes emocionales. Siempre busco lo diverso”, concluye la artista tinerfeña.

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