Después de una trayectoria política que comenzó cuando lo importante era combatir la dictadura, culmina su trayectoria como concejal en el Ayuntamiento de La Laguna, si bien no su carrera política, ya que no descarta la posibilidad de seguir siendo referencia del PSOE, partido que tanto le debe, como senador autonómico. No todos pueden presentar un balance como el de Santiago Pérez (La Laguna, 1954), en favor del servicio público.
-Acaba una etapa de 24 años como concejal lagunero, durante los que ha sido referencia política en el Ayuntamiento…
“Ha sido un honor ser durante 24 años concejal en La Laguna. No habré sido el mejor, pero tengo la impresión de haber resultado el más rentable, porque en todos esos años no he cobrado nunca un sueldo del Ayuntamiento. Además, le he regalado a La Laguna 47 millones de euros, que es la inversión que ha tenido que hacer el empresario porque yo gané el pleito de Montaña Pacho”.
-¿Ha sido su gran batalla como edil lagunero?
“Hay asuntos que me llevo muy adentro, como es la oposición a la fusión con Santa Cruz y, por ende, mi compromiso con la independencia de La Laguna, así como la lucha para que La Laguna fuera incluida en el catálogo de Grandes Ciudades, con la satisfacción de ser quien lo defendiera ante el Parlamento de Canarias. Pero también todo el trabajado durante la década pasada para preservar el suelo agrario, un patrimonio que debe ser imperecedero en nuestro municipio y ya se sabe que Coalición Canaria tira al suelo urbanizable como la cabra al monte. Y, por supuesto, haber contribuido a que tengamos consolidado un alcalde y un gobierno progresista”.
-Habrá aprendido muchas cosas como concejal, pero ¿podría precisarme alguna?
“Como concejal aprendí que, cuando uno está en la oposición y se vota un acuerdo ilegal e incluso delictivo, el gran arma es impugnarlo judicialmente, porque, de lo contrario, tu oposición es meramente para la galería. Y antes aún entendí en que la manera de comprar a un concejal de la oposición es logrando que no ejerza. Hace falta un control judicial de las decisiones que, por graves que sean, si no se declaran ilegales son ejecutivas”.
-¿Qué le parece el giro a la derecha que ha dado Canarias?
“Que CC haya resistido en Tenerife debe ser objeto de reflexión. Sin programa ni candidatos destacados salvo Oramas… ¡Y habiendo dejado un balance visiblemente mejorable después de 30 años en el poder!”.
-¿Lo de Vox?
“Lo veo como un fenómeno irracional, como lo han sido históricamente las opciones fascistas o nazis, en definitiva. Trumpistas, bolsonaristas o de cualquier ropaje que se vista la ultraderecha que ha llegado al poder como si fueran revolucionarios. Al final, las dictaduras suponen la negación de libertades, delincuencia de estado y corrupción”.
-¿Y lo de Podemos?
“Creo que Podemos ha vivido cierto proceso implosivo interno que tiene algo que ver con lo que lamentablemente ha heredado de una parte de la izquierda, como es el sectarismo, la intransigencia y la intolerancia. Nuestro país, al mismo tiempo que tiene pasajes luminosos indiscutibles, cuenta con la intolerancia como algo distintivo, y lamentablemente eso ha terminado impregnando a la izquierda”.
-¿Hace bien quedándose Torres en Canarias?
“Sí. Clavijo renunció a quedarse en la oposición, lo que me parece una falta de respeto a la ciudadanía canaria y al Parlamento. Por eso valoro más la decisión de Ángel Víctor Torres, porque marca la diferencia entre quien tiene cultura democrática y quien no la tiene, porque hay que saber que la función opositora, la de quien controla al que tiene el poder, es clave. Pero Clavijo se fue de aquí para aforarse. De hecho, Clavijo nunca ha sido el candidato más votado, y, a pesar de eso, es la segunda vez que resulta presidente. Por cierto, el apoyo que le ofreció Vox me hace reflexionar sobre cómo es posible que CC sea la única formación nacionalista que ha recibido tal consideración”.
-¿Quiere seguir siendo senador autonómico?
“Ha sido una experiencia muy intensa. La dirección del Grupo Parlamentario me ha confiado temas realmente complejos, como la reforma del Código Penal hasta la Ley de Memoria Democrática, entre otros muchos asuntos. Podría volver a serlo, pero no depende de mí. Ciertamente, mis conocimientos son propios de la función parlamentaria. Lo que proponga Ángel Víctor Torres me parecerá bien”.