El verde del pinar, eucaliptos y retamas ha dado paso al negro de la ceniza en toda la dorsal de Tenerife, desde Las Raíces hasta El Portillo, como se pudo comprobar ayer en una visita a las dantescas secuelas del incendio que desde hace diez días asola a una isla que ha visto afectado el 7% de su territorio y casi 15.000 hectáreas de masa forestal, esa que nos da oxígeno y nos da vida, la poca que ayer pudimos apreciar recorriendo la TF-24, que, pese a que el incendio ha sido dado por estabilizado, seguirá cortada, así como la TF-523 y la TF-21, porque el Parque Nacional del Teide permanece cerrado a las visitas turísticas, pese a que por la mañana el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, sugirió la posibilidad de abrir el acceso por el sur (TF-21).
La imagen desoladora queda concentrada en los márgenes de la carretera dorsal, con valladas de maderas quemadas, miradores inutilizados, pinos aún humeantes y laderas que han perdido su verdor, tanto en el Valle de Güímar como el inmenso Valle de La Orotava. Una pérdida de biodiversidad que costará tiempo evaluar, si nos atenemos también al efecto sobre los invertebrados, víctimas muy probablemente de ese fuego que llegó a las mismas puertas del Instituto Astrofísico de Canarias y de su vecino Observatorio Atmosférico (Aemet), visitados ayer por la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Solo el Teide y la inmensidad de Las Cañadas se salvaron de la quema, aunque finalmente el parque nacional sufrió la presencia del fuego en 2.300 de sus hectáreas. Todavía ayer se veía el humo salir de alguna retama, mientras helicópteros e hidroaviones continuaban descargando agua sobre la zona de Malabrigo, en Güímar, casi el último reducto de un incendio devastador, con 90 kilómetros de perímetro, aunque en las hectáreas quemadas, como se pudo comprobar ayer desde las alturas, quedan islas que mantienen el verde. Ese verde que tardará en rebrotar, pero lo hará, al menos en el pino canario.
Visita de Ribera
La ministra también aprovechó la ocasión para reconocer los 30 años de trayectoria del director saliente del Observatorio Atmosférico de Canarias, Emilio Cuevas, además de conocer los proyectos y servicios que presta desde el observatorio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). A partir del lunes se incorporará el próximo director, Carlos Torres, actualmente director en funciones. Cuevas le trasladó a la ministra de aprovechar las instalaciones del Observatorio para ayudar en la vigilancia de incendios, como en su día le trasladó al director técnico del Cabildo, Pedro Martínez. Una misma idea que avanzó también Rafael Rebolo, director del IAC.
La ministra estuvo acompañada en la visita por el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila y los alcaldes de Arafo, Güímar y Candelaria, Juan Ramón Martín, Gustavo Përez y Mari Brito, quienes también estuvieron presentes en la visita por la mañana de Teresa Ribera al Puesto de Mando Avanzado en Arafo.
En la posterior comparecencia de prensa, el presidente canario, Fernando Clavijo, barajó la posibilidad de abrir las carreteras al Teide, pero finalmente este hecho no se confirmó. Algo que agradecerán los tinerfeños al ahorrarse un buen disgusto.