Nada más llegar al cargo de consejero de Política Territorial del Gobierno de Canarias, en el que se incluyó Emergencias, el majorero Manuel Miranda Medina se estrenó en julio con el incendio de Puntagorda en La Palma. Un mes después ha tenido que lidiar con el incendio más grande conocido en Tenerife en los últimos 40 años. Una experiencia que “será difícil olvidar”.
-¿Ha podido conciliar el sueño después de más de 10 días luchando contra el devastador incendio de Tenerife?
“La verdad es que no ha sido fácil. Ha sido un incendio voraz, muy difícil de atajar. No ha sido sencillo tener que evacuar a tanta gente y saber cada día que había muchas personas jugándose la vida pendiente de lo que pasaba. Afortunadamente, la cosa finalmente ha salido bien, teniendo que agradecer que no haya víctimas ni viviendas afectadas”.
-Tras quedar estabilizado, ya se habla de que va a haber un antes y un después de este incendio, en política de prevención y en manera de reforestar.
“Ahora es muy importante la evaluación de los mapas de riesgos. Hemos visto cómo zonas pobladas, zonas de interfaz, en donde conviven árboles con viviendas, son áreas tremendamente peligrosas. Las características que está tomando el tiempo, con grandes olas de calor, viento y demás, puede hacer peligrosa la convivencia entre el bosque y lo urbano. Hay que incrementar las medidas de autoprotección en esas zonas, para evitar que tengamos que evacuar a miles de personas por la noche, como ocurrió en esta ocasión, cuando el viento y el fuego se nos venía encima”.
-¿En esa evaluación cabe pensar en la necesidad de incrementar el monteverde antes que el pinar canario?
“De lo que se trata es de evaluar qué plantar, cómo plantarlo y en dónde, aparte de saber qué medidas hay tomar antes de verano, a la vista de que estos incendios ya no son un hecho esporádico, sino que se están produciendo con muchísima frecuencia en Canarias. Hemos sufrido un incendio indescifrable. Las previsiones se iban al traste cuando el viento cambiaba de rumbo. Entonces, lo que era la cola del fuego se convertía en la cabeza y al revés”.
-¿Entre esas previsiones está la de utilizar los medios aéreos para refrescar los montes ante la llegada de olas de calor?
“Todas esas medidas son las que hay que evaluar. El incendio de La Palma, al igual que este, se produjo después de una gran ola de calor y cuando el monte estaba deshidratado. Que el fuego prendiera era muy sencillo. Y en este caso, debido al cambio climático, tenemos que ir pensando en ampliar la prevención de incendios, porque podemos tener un otoño caluroso. No solo podemos pensar en campañas en verano”.
-¿Se ha producido algún error en el operativo antincendios montado, como para que el fuego terminara afectando a 12 municipios?
“Yo creo que la operativa fue correcta. Se trabajó siempre con técnicos muy competentes y con más medios que nunca, pero hay que resaltar, y así se hizo durante todo ese período, que fue un incendio complicadísimo. Cambió el viento cuatro veces y fue una situación muy compleja, sobre todo durante los cuatro primeros días, porque las previsiones meteorológicas fallaban. Hasta que finalmente el viento de la noche nos dio una tregua y ya se podía atacar el fuego. Fue difícil y hubo momentos auténticamente desoladores”.
-¿Podemos hablar de milagro?
“No sé si de milagro, pero tenemos que alegrarnos de que no hubiera una sola víctima ni una casa quemada. En el Valle de La Orotava hubo muchas dificultades y se pasaron los peores momentos, con equipos pastoreando el fuego y una línea de bomberos urbanos en toda la zona de interfaz que estuvo bien planificado, porque una subida de temperatura y un cambio de viento pudieron ocasionar allí un destrozo tremendo. Dentro de la mala suerte de los días iniciales, hubo buena suerte en los días finales y también el trabajo de gente muy competente ante un incendio dificilísimo”.
-El incendio se produjo en Arafo, justo en el mismo lugar en el que un mes antes comenzara otro y se sucedieran hasta seis conatos. ¿Se atrevería a pronosticar que este incendio fue intencionado?
“Estamos esperando por los informes de la Guardia Civil, pero sí es verdad que lo que se desprendía, en las primeras sensaciones al comienzo del incendio, es que parecía que fuera intencionado, y así se nos lo comunicó. A partir de ahí, todo tiene que ser prudencia. Vamos a esperar al informe de la Guardia Civil y si se confirma la autoría, estaríamos de enhorabuena, porque quitaríamos a un pirómano del monte”.