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Valeria Castro: “Un concierto es un acto de gratitud hacia la gente que me escucha; en cada canción he buscado la honestidad”

La cantautora canaria actúa el 26 de agosto en la segunda edición del Mujeres World Fest, en Golf Costa Adeje
La cantautora palmera Valeria Castro. / Alba Yruela

Mujeres World Fest, el encuentro en torno a la música y otras propuestas complementarias que desde Adeje pone el foco en el talento femenino, celebra el 26 de agosto el concierto de clausura de su segunda edición. Las instalaciones de Golf Costa Adeje albergarán desde las 15.00 horas de ese sábado, y hasta entrada la madrugada del domingo, un escenario por el que desfilarán Luz Casal, Lila Downs, India Martínez, Pastora Soler, Vicco, Jedet, Ainhoa Aguilar, Irtap, Renzzo el Selector y Valeria Castro. Esta última, la cantautora canaria (La Palma, 1999), se encuentra en plena gira de su primer trabajo discográfico de larga duración, con cariño y con cuidado, que a finales de año la llevará a América. La cita en Adeje será una nueva oportunidad para devolverle al público, como ella afirma en esta entrevista, todo el cariño que recibe.

-El 26 de agosto participa en el concierto final de Mujeres World Fest, un encuentro que, desde su mismo nombre, apuesta por mostrar el talento femenino. ¿Queda aún mucho camino por recorrer en el mundo de la música para que a las mujeres se las trate en un plano de igualdad?
“Queda mucho camino por recorrer en el mundo de la música, en particular, y en el mundo, en general. Se está trabajando para buscar esa paridad, pero también creo que, en ocasiones, se intenta utilizar a las cabezas de cada proyecto, a las que ponemos la cara, para dar a entender que ya hay plena igualdad. Sin embargo, todavía estamos bastante lejos de ese objetivo. Está muy bien, es importante, es muy bonito, que poco a poco se vaya equilibrando esa balanza, pero aún nos resta mucho por hacer”.

-La música ha estado en su vida desde siempre. ¿Cuándo tuvo claro que quería dedicarse a ella de manera que ocupase un lugar central?
“Ha sido un proceso bastante orgánico. Desde pequeña he estudiado música y recuerdo que, en torno a los 10 años, ya en mi cabeza sonaba la idea de vivir de esto, de estar en un escenario. Luego, poco a poco, a los 18, 19 años, comencé a profesionalizarme. Hasta hoy, que ya tengo 24 y pienso que, si la gente me deja, pues es un oficio que depende mucho de la respuesta del público, voy a intentar dar siempre mi mejor versión. Es la gente, en definitiva, la que tiene el voto final para que una pueda o no seguir durante mucho tiempo subiéndose a los escenarios, dedicándose a la música de una manera profesional”.

“Siempre soñé muy alto al desear ser cantante, pero nunca imaginé todo el amor que iba a recibir del público”

-¿En algún momento llegó a pensar que esta vocación, esta pasión, la llevaría tan lejos?
“Siempre sueñas muy alto. Y más cuando eres pequeña. Sí que me imaginaba esta vida de canciones, de discos, de conciertos… Pero es cierto que se han producido una serie de cosas en estos últimos años que nunca se me pasaron por la cabeza. Conocer la industria musical, cómo es esto de vivir de la música, está siendo un gran sueño. Ojalá lo siga siendo siempre. Me siento muy agradecida de que las cosas estén pasando de esta manera. Sobre todo, por el amor del público, porque, aunque lo imagines, nunca llegas a hacerlo de la manera en la que se manifiesta realmente: todo ese cariño que la gente te da y que confío en que se mantenga en el tiempo”.

-Con su disco ‘con cariño y con cuidado’ va recorrer España y también América. ¿Cómo está viviendo la experiencia de compartir sus canciones con públicos de lugares tan diferentes y, quizás también, con muchos elementos en común?
“Esta siendo superbonito. A América iremos a final de año, aunque ya en 2022 crucé el charco por primera vez y actué en México. Todos los públicos con los que me voy encontrando tienen un punto en común, que es el amor y el tiempo que te regalan. Valoro mucho cómo la gente decide compartir un concierto conmigo. Gente que ha llegado en transporte público, en coche, caminando, como sea, para verte. Y te está dando esa hora y media, por lo que tú casi no tienes otra opción que darle lo mejor de ti. Me siento agradecida. Cada concierto es un acto de gratitud. El que acudan a escucharme es un verdadero lujo. Siempre subo a los escenarios pensando en eso y en cómo devolverles ese gesto. Eso lo tengo en cuenta sea donde sea, en este lado del océano o en el otro: el cariño con el que me reciben y ofrecer mi música desde la más pura gratitud”.

-Dar un concierto es una experiencia muy distinta al acto de sentarse a componer. ¿Cómo es ese proceso que surge a partir de una pequeña idea y culmina con una nueva canción?
“Sí, es mucho más intimista, más personal. Nace desde la honestidad. Intento escribir desde lo honesto, de lo que yo crea que es necesario contar. Me dejo llevar por lo que me dicta el corazón, sin pensarlo demasiado. Es muy bonito cómo luego las canciones se van transformando de acuerdo con los sentimientos, con las historias de cada uno. Yo las escribo desde ese punto del corazón y más tarde la gente las vive como propias. Cuando las compartes, es el instante más bello, pero el origen es algo muy personal”.

“Componer es casi un acto de egoísmo: intentar sanarme y sacar las penitas que se me han quedado en la garganta”

-¿Se siente igual de cómoda en ese acto íntimo de crear música y en el de mostrarla ante la gente, ante mucha gente?
“A mí me encantan esos dos procesos e intento valorarlos de manera individual. Escribir canciones me resulta muy sanador, porque las hago, de alguna manera, para desahogarme. Y también es muy sanador, como digo, cuando contemplo a la gente cantar mis temas. Disfruto de ambas facetas, no prefiero ni una ni la otra. Ahora mismo estoy más en ese momento de enseñar las canciones, pero también voy componiendo. Es verdad que hay épocas en las que no hay tantos conciertos, aunque ahora mismo estamos girando con este primer disco de larga duración, con cariño y con cuidado, y casi cada fin de semana puedo ver a la gente compartir mis composiciones. Así que, como si fuese una niña pequeña, disfruto de ambas facetas de mi trayectoria. Creo que eso, precisamente, es lo mejor de este oficio: apreciar cada pequeño y hermoso instante que te brinda, sea cual sea”.

-¿Cada canción viene a ser el reflejo de un momento determinado de su vida, de su biografía, o también le inspiran las historias ajenas que va conociendo?
“Me inspiran tanto los relatos propios como los ajenos, pero siempre dejando claro que estos últimos los muestro desde mi punto de vista. Procuro ser muy respetuosa: no me gusta hablar por otros, no me gusta generalizar. Lo que sí que soy es muy observadora y puedo cantar historias de otros, pero desde mi perspectiva. Es importante no hablar solo de una misma, sino también de todo lo que ves, de lo que crees justo o lo que sientes que es injusto…, pero, como digo, desde mi opinión, desde mi manera de ver las cosas”.

-¿En su caso es posible que surjan nuevas melodías en medio de una gira o necesita un tiempo y un espacio determinado para componer?
“Las ideas pueden surgir en cualquier momento. Aunque las giras suelen ser intensas, incluso con conciertos prácticamente a diario, no estás girando siete días a la semana durante siete meses. Tienes tiempo libre y a mí escribir me sana mucho. Aunque escriba canciones que no son buenas y jamás publicaré, siempre estoy componiendo. Es casi, si se quiere, una cuestión de egoísmo, para intentar sanarme a mí misma e ir sacando aquellas penitas que se me hayan podido quedar en la garganta”.

“Mi sueño es continuar haciendo música y sentirme orgullosa; ojalá que la gente quiera seguir escuchándome”

-Cómo presentaría un concierto suyo. ¿Qué experiencia desea compartir cada vez que se sube a un escenario?
“Intento compartir pura pasión. El que la gente quiera acompañarme me da alas para intentar poner todo el amor y la pasión en cada concierto. Habrá días, evidentemente, en los que no pueda dar lo máximo, pero siempre procuro hacerlo. Siento que es un lujo estar ahí arriba y que tengo que estar a la altura de todas esas personas”.

-¿Qué desafíos, qué ilusiones, le gustaría que se hiciesen realidad a corto y medio plazo?
“Mi sueño es seguir haciendo música y continuar superándome. Al menos, intentarlo. No dejo de componer, mirando al futuro, para un nuevo disco, para un nuevo proyecto… Busco hacer las cosas cada día mejor o, como mínimo, que estén a la altura de las que ya he hecho. Y, sobre todo, quiero sentirme orgullosa de lo que esté haciendo en cada momento. Ese es el objetivo que me marco. Ojalá que los años pasen y la gente quiera continuar escuchándome”.

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