Un total de 787.860 personas estaban en riesgo de pobreza y/o exclusión social en Canarias en 2022, lo que supone el 36,2% de la población del Archipiélago, segunda peor comunidad tras Extremadura, de las cuales 287.286 personas estaban en pobreza severa, los más pobres de los pobres, -unidades familiares con ingresos inferiores a 560 euros al mes por miembro-, el 13,2% y solo supera a Andalucía.
Son los datos que refleja el XIII informe sobre el estado de la pobreza en Canarias, redactado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-Canarias), red que aglutina a 35 entidades sociales que trabajan en áreas como la inmigración, el empleo, los jóvenes, la vivienda, la discapacidad, etc., y defienden la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social.
Fernando Rodríguez, vicepresidente de EAPN Canarias, recalca que “pese a que ha disminuido la pobreza y exclusión social en los últimos años, no ha sido suficiente”, por qué aunque partíamos ya de unas tasas anteriores muy altas, incluso en el año 2016 llegó a alcanzar un 45,6% de la población, y en los últimos dos años, de casi un 40% en 2020 se pasa al 36% en 2022, “nos encontramos 10 puntos por encima de la media estatal” y si del pasado año la disminución ha sido de 1,6 puntos, solo estamos hablando de 34.000 personas menos en riesgo de pobreza y/o exclusión social y 78.000 menos en pobreza severa”.
Asegura que la pobreza y exclusión social en Canarias “es de carácter estructural y heredado”. “Llevamos 13 años emitiendo este informe y observamos lo mismo. El objetivo marcado por España y Europa era que de 2015 a 2030 se disminuya la pobreza al menos a la mitad, y solo hemos logrado que 19.000 personas hayan salido de la situación de pobreza. Nos quedan por delante 7 años y tenemos que lograr 200.000 personas menos en pobreza. Por tanto, tienen que cambiar mucho las cosas, deben realizarse cambios estructurales”.
Puso en valor las medidas que implementaron las diferentes administraciones públicas en “ayudar y proteger a la población más vulnerable” ante la crisis económica y social originada por la COVID “ese denominado escudo social evitó que el 51,3% de la población canaria cayera en la pobreza y exclusión, por el 36,2% del 2022,, es decir, hubiéramos superado las cifras de 2016, que fue del 45,6%, cuando más sufrió Canarias los efectos de la crisis de 2008”, destacó.
Las entidades que forman parte de EAPN-Canarias han solicitado en múltiples ocasiones es un Plan autonómico de prevención y lucha contra la pobreza, la exclusión social y las desigualdades. “Desde EAPN insistimos en que esa debe ser la línea de trabajo para reducir la situación de pobreza en Canarias. No pueden ser medidas de emergencia ni de carácter temporal, sino que tienen que ser unas medidas de carácter estructural. No entendemos que no tengamos todavía un Plan autonómico de prevención y lucha contra la pobreza de la exclusión social y las desigualdades, que aglutine todas las medidas en educación, vivienda, servicios sociales, etc, presentes y futuras y que se trabaje de forma coordinada y a nivel interadministrativo aunando esfuerzos y presupuestos y de una manera transversal porque el tema de la pobreza y la exclusión social tiene muchísimas vertientes”, afirmó Rodríguez.
Cuestionado Fernando Rodríguez si ha influido en este aumento de la pobreza el gran incremento de la población en Canarias, señaló que “el igual que hay personas que salen de la situación de pobreza, otras que entran. Entre 2015 y 2022 en el análisis general se ha disminuido la pobreza en 19.000 personas, mientras que entre 2021 y 2022 ha bajado 34.000 personas No solo han entrado nuevas personas en riesgo por el aumento de la población, sino se suman otros que han caído por la pérdida de empleo, la pérdida de vivienda, el aumento de la inflación y otra serie de elementos, dependiendo de los momentos de crisis”.
Pobreza severa
De los 788.000 canarios en pobreza y exclusión social, hay 287.300 que están en lo que se denomina la pobreza severa, aquellas personas que viven en un hogar o unidad de consumo -conviven juntos y comparten los ingresos entre todos- con ingresos que no superan los 560 euros por persona, el 13,2% de la población de Canarias, 78.000 menos que en 2021. “Es decir, casi el 50% de los canarios en pobreza y exclusión están en pobreza severa. Muchas veces tampoco depende de ellos el poder superar ese escalón más bajo de pobreza severa y poder subir, porque dependen los ingresos, de las prestaciones y de las ayudas que la Administración Pública determina”. Es decir, el Ingreso Mínimo Vital, la Renta Canaria de Ciudadanía, la antigua PCI, etc, muchas veces todos esos ingresos rondan entre 500 y 600 euros, e incluso otros tienen cuantías inferiores como las pensiones no contributivas, prestaciones por desempleo, etc., “por lo tanto hay personas que están situadas en esa pobreza severa con pocas opciones de salir”, alertó.
El informe de EAPN-Canarias puso sobre la mesa varios factores clave para la generación de pobreza en Canarias, entre ellos la vivienda, la brecha de género y el apoyo insuficiente a las familias con menores, “sin lugar a dudas ahí es donde está radicando en este momento los principales problemas y presentan unos indicadores que asustan”, reiteró, a los que se suma la inflación y el alza de los suministros, la baja intensidad laboral y conlleva la privación material y social severa.
En relación a la brecha de género, “la feminización de la pobreza se ha convertido en un problema estructural”. Prueba de ello es que el 38,3% de las mujeres en Canarias está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, frente al 34% de los hombres. “Un dato muy contundente es que desde 2015, 80.000 hombres han logrado salir de la situación de pobreza pero solo 19.000 mujeres. La pobreza en Canarias tiene rostro de mujer y, sobre todo, muchas son cabezas de familia monomarentales, madre con menores a cargo.
Esta situación tiene mucho que ver con “las fuentes de ingreso que tiene la mujer tanto laborales como por prestaciones, por ejemplo, los hombres tienen de media un 20,9% más de ingresos que las mujeres y si observamos las pensiones, la pensión media de los hombres casi duplica a la de las mujeres”.
153.400 menores
En el último informe sorprende por su dureza que casi el 50% de los menores de Canarias entre 0 y 18 años, 153.400 niños y niñas y adolescentes, viven en hogares en situación de pobreza e inclusión social, es decir hogares en los cuales su adulto, ya sea madre sola o parejas están en situación de pobreza y esos niños “sufren una situación de pobreza que no depende de ellos mismos sino depende del hogar en el cual han nacido”. Además, “en Canarias la pobreza se hereda, uno de cada tres personas adultas que en estos momentos son pobres, en su momento eran menores pobres”.
Estos datos se corroboran al cruzar registros y observar cómo ha aumentado el número de niños, niñas y adolescentes que recurren a las becas comedor, becas de transporte y otra serie de ayudas donde se debe hacer un informe de vulnerabilidad previo. “Se nota que son familias que no tienen capacidad suficiente para sostener la educación de sus hijos”, y el aumento del “fracaso escolar muchas veces es debido a motivos relacionados directamente con las situaciones de pobreza y desigualdad”. Por otro lado, se constata la “dificultad de los hijos de familias vulnerables en poder acceder a estudios superiores tras finalizar la enseñanza básica obligatoria”.
Privación material
La tasa Arope no solo tiene que ver con lo económico, sino con otras cuestiones de privación de derechos, principalmente el empleo, o la privación material social y severa como la incapacidad de poder llegar a final de mes, las dificultades para ahorrar o afrontar gastos imprevistos, no poder tener una comida saludable cada dos días (la mala alimentación influye en la salud) o mantener la temperatura adecuada en el hogar.
El 60% de los canarios tienen dificultades para llegar a final de mes, y esa imposibilidad de ahorrar hace que no sean capaces de afrontar gastos imprevistos o tener que endeudarse con préstamos y créditos. Además, la pobreza energética ha aumentado un 134% desde 2015 y casi una de cada cinco personas en las islas en riesgo de pobreza no puede mantener su hogar a una temperatura adecuada, no pueden hacer frente al pago de los suministros y hay una gran “pobreza energética