La XVII Bienal Internacional de Fotografía Fotonoviembre, que organiza el Cabildo a través del Centro de Fotografía Isla de Tenerife -adscrito a TEA-, se inaugura el 17 de noviembre con un programa que incluye exposiciones, talleres, proyecciones, mesas redondas y performances. El eje vertebrador de esta edición, que se presenta bajo la dirección y curaduría de Violeta Janeiro Alfageme, será la exposición ¿Cuánto dura un eco?, con obra de artistas de la talla de Marisa González -galardonada esta semana con el Premio Velázquez de Artes Plásticas-, Pilar Aymerich, Cecilia Bartolomé Pina y Ana Teresa Ortega, entre otras.
Estructurada en cuatro apartados –Sección Oficial, Artistas en Selección (dirigida por Diana Padrón), Atlántica Colectivas y Focus. Eventos colaterales-, la bienal incidirá en los relatos y fantasmas de una generación de artistas que en los 70 fotografiaron un movimiento de mujeres y un feminismo determinantes en la construcción de ese aprendizaje de la libertad (Mainer y Juliá, 2000) que hizo que la dictadura no sobreviviese a Franco.
Fotonoviembre, que se prolongará hasta el 10 de marzo de 2024, tendrá como sede central TEA, aunque también estará presente en otros once espacios de arte de seis municipios: Santa Cruz (Museo Municipal de Bellas Artes, Sala de Arte Contemporáneo del Gobierno de Canarias, Agüita Arte Contemporáneo, Galería Bibli y Galería Leyendecker), La Laguna (Fundación Mapfre Canarias y Sala de Arte Instituto Canarias Cabrera Pinto), Los Realejos (Sala de Exposiciones El Sauce-Casa de la Cultura Los Realejos), Candelaria (Espacio TEA Candelaria), Güímar (Fonda Medina. Sala La Cochera) y Granadilla de Abona (Centro Cultural San Isidro).
La Sección Oficial se enriquece con un Programa público en el que habrá, por ejemplo, encuentros con artistas nacidas en la década de los 40, donde la vida propia y lo autobiográfico, tan desprestigiado por la historiografía, se convierte aquí en el impulso de una iniciativa en la que lo anecdótico y lo personal es sumamente político. Se contribuye así a la construcción de una historiografía desde lo vivencial.
Fundamentada, en un principio, en el estudio, la discusión y la difusión de la fotografía, Fotonoviembre ha ido incorporando a lo largo de los años otras manifestaciones fundamentales para comprender nuestra sociedad como una cultura visual.