después del paréntesis

Jessica

En el año 1973 Gregg Allman apuró, con la renovada banda que había fundado con su hermano en 1969, uno de los discos más portentosos del rock-country que el mundo conoce. Pero lo que dio sentido a esa experiencia excepcional es lo que el músico apuró hasta su extremo. Al grupo le da nombre lo que remataron los allegados, los Allman Brothers. Y de ese modo se constata en el disco: The Allman Brothers Band. Ello y el título manifiesto: Brothers and Sisters (Hermanos y Hermanas). Lo que acusa el fragor de esa historia es lo que ocurrió. De los dos hermanos dichos (Gregg y Duane) el segundo fue un genio, uno de los guitarristas más espléndidos de su época y un músico excepcional. Lo que ocurrió fue que Duene Allman murió con 24 años el 29 de octubre del año 1971 en un accidente de moto. Pero Gregg no se movió. Solo uno podía cantar y tocar y componer en el grupo, pero los dos atinaban a ser y estar en la formación. De manera que el álbum citado se convirtió en la radical confirmación del afecto y de la corresponsabilidad. En la cubierta una niña de pelo rubio, con pantalones marrones y blusa roja mira a la mano izquierda que mantiene un palo que clava en el suelo. En la contracubierta, la niña de nuevo aparece mirando a la cámara, sonriendo y con traje amarillo. Esa niña es Galadrielle Allman, la única descendiente que Duane dejó en este mundo. Galadrielle Allman nació en el año 1969. Hoy cuenta con cincuenta y cuatro años de edad. No atinó en su formación a seguir los fecundos pasos de su padre. Estudió escritura en el Sarah Lawrence College (de Bronxville, Nueva York). Cuando cumplió cuarenta años se dispuso a escribir y escribió de manera prodigiosa. Atusó un argumento sentencioso para articular sus libros: contar la historia de su familia. Eso hizo con el primero y premiado Please Be With Me, A Song for My Father, que significa: “Por favor quédate conmigo, una canción para mi padre”. Vive feliz en California y continúa asida a su rutilante labor. Por lo cual se divulga una canción portentosa, de Richard Betts, la sexta (de siete) del compilatorio. Dura algo más de siete minutos. Es una pieza instrumental. Y resulta una de las invenciones más maravillosas y apabullantes del estilo que los Allman impusieron, el country-rock. Es medida, singular, fuerte, íntegra, absolvente, sorprendente. Ha de deducirse que detrás de Jessica (así se llama la obra) se encuentra la niña en cuestión Galadrielle. Ahí quedó reducida en música para toda la eternidad. Esa pieza corrobora el destino de la banda que los hermanos construyeron y recorrió con éxito los escenarios del mundo; esa pieza instituyó el profundo amor que erigió un hermano hacia el hermano que, por desgracia, murió. En la cumbre la hija, la hija que lo sobrevivió.

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