Con casi todos los ojos del mundo puestos, con razón, en la agudizada guerra Palestina-Israel, conviene a veces ponerle perspectiva a estos convulsos tiempos y hacer balance, por ejemplo, de los efectos de otros conflictos aún vigentes en la economía canaria.
La invasión rusa de Ucrania (iniciada el 24 de febrero de 2022) no solo ha deparado muerte y destrucción en un conflicto que ha superado ya los 600 días, sino que paralizó las conexiones aéreas desde Rusia con el resto de la UE, que prohibió a las compañías de ese país cualquier acceso aeropuerto de la Unión e, incluso, sobrevolar su espacio aéreo. Por supuesto, esto paró en seco la recuperación del turismo en las islas desde ese inmenso país tras el impacto total de la COVID en 2020, 2021 y parte de 2022.
Sin embargo, y a cuentagotas, el turismo ruso ha ido reapareciendo, si bien mediante aeropuertos de terceros países que usan como escala, según confirman a DIARIO DE AVISOS la consejería regional de Turismo y el Cabildo tinerfeño.
A escala autonómica, la recuperación sigue siendo débil, pero constatable. En el primer trimestre de este año, los registros reflejan un total de 2.875 turistas de ese origen. Aún están lejos de los 6.890 que hubo en todo 2022, si bien hay que tener en cuenta que en casi los dos primeros meses de ese año no se había confirmado la invasión y cambiado por completo la relación UE-Rusia.
Por supuesto, estas cifras están aún muy lejos de los 75.026 turistas que llegaron a las Islas en 2018 o los 72.296 de 2019, pero suponen un comienzo y demuestran que, aunque en mucha menor medida, los rusos siguen sin olvidar Canarias y, en especial, Tenerife, que experimentó un incremento del 21,7% en agosto pasado respecto al mismo mes de 2022. Dichas cifras también se alejan de los 17.226 de 2020, cuando la COVID cambió el planeta (con un confinamiento inédito en España desde el 14 de marzo).
En 2021, las distintas olas del virus rebajaron las visitas de rusos a 2.183, pero las cantidades de este 2023 apuntan a que se puede casi triplicar esa cantidad.
Según los registros de la consejería de Turismo, el visitante ruso gastó unos 2.152 euros de media por viaje en 2018, 1.711 en 2019 y 1.484 en 2020, el último año con estas estadísticas más detalladas. Su estancia media pasó de los 15,2 días de 2018 a los 13,9 de 2019 y a los 11,4 del primer año de la COVID. El gasto medio diario fue de 159,81 en 2018, 150,48 en 2019 y 153,40 en 2020, con una facturación total de 161, 124 y 26 millones en esos ejercicios.
TENERIFE, LA ISLA PREFERIDA
Desde siempre, el turista ruso prefiere Tenerife. De hecho, y según los últimos datos regionales, en 2019 optó por esta isla un 82% de los 72.296 visitantes que arribaron al Archipiélago. Fueron 59.162 los rusos y rusas que eligieron ese año la isla del Teide (sobre todo, los hoteles del Sur), lo que contrasta con el 15% de Gran Canaria (10.790), el 2% de Lanzarote (1.726) o los escasos 271 que eligieron La Palma.
Los datos del Istac de 2023, que excluyen de momento los gastos de este tipo de visitante, demuestran el peso que sigue teniendo Tenerife. De hecho, se ha constatado que, solo en agosto pasado, hubo 615 visitantes, 187 más que en el mismo mes del año anterior (un 21,7% más). En el acumulado, el incremento es de un 21,7%, muy lejos de la reducción del 84,5% respecto a 2019, pero clara señal de inicio de recuperación.