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La desaladora de Las Galletas da el gran salto a la energía solar

La Comunidad de Regantes invertirá 3,4 millones de euros, 1,4 de fondos europeos, en la instalación de paneles, lo que supondrá dejar de emitir 900 toneladas de CO2 al año
La desaladora de Las Galletas da el gran salto a la energía solar

Arona produce en la actualidad en torno a 22 millones de toneladas de plátanos al año, una cantidad nada despreciable que coloca a este municipio en el top ten del sector. Al menos en Tenerife.


Esta cifra es posible gracias a las 366 hectáreas de suelo agrícola que se sitúan en la franja de costa entre Guaza y Las Galletas. En su inmensa mayoría se riega con agua desalada, lo que ya fue, de por sí, un gran avance en su momento.


Este agua procede de una infraestructura que se inauguró en el año 2006 con una inversión de 5,2 millones de euros, procedentes de los propietarios, la denominada Comunidad de Regantes, y el Cabildo de Tenerife, que aportó el 25% de los fondos necesarios para la desaladora. Fue una revolución para mantener la producción agrícola, los empleos y el paisaje de una zona que, con el paso de las décadas, se ha ido centrando en el sector turístico.

Agua para una ciudad de 40.000 habitantes


En 2018, además, alcanzó una capacidad de desalación de 4.800 metros cúbicos diarios. “Para que nos hagamos una idea, estamos desalando el equivalente al agua que consume una ciudad de 40.000 habitantes”, explica el presidente de la Comunidad de Regantes, Dionisio Rocha, él mismo uno de los productores. La proeza de ser una potencia agrícola manteniendo los cultivos, además de ser uno de los líderes del sector turístico, tiene un coste energético, económico y, por supuesto, en lo que se refiere a la sostenibilidad. La desaladora, como todo, tiene una huella de carbono que ahora pretende reducir de manera drástica con la introducción de un proyecto que será posible gracias a la aportación de los propietarios y a los conocidos fondos Next Generation.


Esta misma semana, el Consejo Rector de la comunidad ha dado el visto bueno al proyecto de sostenibilidad que había presentado la dirección y que ya tenía el permiso de la Asamblea General, el órgano del que forman parte los socios que, cuando se constituyó, eran más de un centenar.

Instalación de paneles solares


“Estamos apostando por un proyecto que, no solo reducirá nuestros costes operativos -explica Rocha-, sino que va a reducir en un 50% el consumo energético actual gracias a la instalación de placas fotovoltaicas y de baterías, que son las que van a proporcionar la electricidad que capten las placas”.


Con la energía por las nubes y cosechando precios históricamente elevados, la apuesta por la energía solar va a permitir que la desaladora gane en independencia y pueda seguir produciendo agua a precios asequibles, en un momento en el que la caída de los precios del plátano ha reducido su rentabilidad y el margen que obtienen los productores.


En estos momentos, la planta gasta cinco millones de kilovatios de electricidad convencional, procedente de la red, al año, una cifra que se verá reducida en unos tres millones de kilovatios. Más de un 50%, según los cálculos de Dionisio Rocha.


La inversión para hacer esto posible será, en total, de 3,4 millones de euros. De ellos, 1.452.000 proceden de una ayuda que ha sido concedida por el IDAE, que es el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con fondos de la UE.

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