España avanza despacio en la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y suma más inconvenientes a una maternidad que cada vez es más difícil por el ritmo y exigencias de la sociedad actual.
Nuestro país cuenta con insuficientes servicios y recursos públicos para abordar estas demandas de cuidado infantil y promover la conciliación. Pero además hace falta una estrategia que permita el acceso a servicios que fomenten la conciliación, promover la racionalización y flexibilización de horarios, fomentar la igualdad y la corresponsabilidad familiar y sensibilizar a la sociedad sobre los beneficios de la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. La conciliación es un derecho fundamental y una condición indispensable para el desarrollo y el bienestar de todos los ciudadanos.
Las dificultades de conciliación representan un desafío para toda la sociedad. Unos obstáculos que intensifican problemas sociales, como el descenso de la tasa de fecundidad en el país al impedir a las parejas tener el número de hijos deseado. Asimismo, aumenta la desigualdad de género en el mercado laboral, pues las mujeres con hijos e hijas se ven obligadas a sacrificar su desarrollo profesional (más del 65%) para asumir estas responsabilidades, lo que se refleja en la reducción de jornada, empleo a tiempo parcial, excedencias por cuidado, mobbing maternal, pérdida de ingreso en el 57% de casos para ejercer el trabajo doméstico, familiar y de cuidado, obstáculos para acceder a puestos de responsabilidad y mejores empleos. Por otro lado, la dificultad de conciliación representa una mayor vulnerabilidad social de las familias con menos recursos, si no pueden acceder en su localidad a unos servicios y recursos públicos ya de por sí insuficientes. Además, los cuidadores también tienen un mayor riesgo de experimentar un deterioro de su salud física y mental, incluyendo estrés, ansiedad, estados de ánimo, frustración, etc.
Si el 65% de los españoles tienen problemas para conciliar su vida profesional con la personal, la cifra asciende hasta 81% cuando se trata de mujeres que reconocen encontrar dificultades para compaginar sus carreras profesionales con su vida familiar. El 64% afirma llegar cansada cada día a su trabajo, mientras que el 73% confirma sentirse agotada prácticamente a diario por la carga mental de las tareas de la casa/niños.
Estos datos se intensifican en vacaciones escolares y días no lectivos, en los que la mayoría de las familias tiene que hacer un sacrificio o un desembolso económico para que sus hijos estén atendidos mientras los progenitores trabajan. Más del 51% se ven obligadas a pagar para que los niños puedan ir a campamentos de verano, mientras que un 35% asegura haber necesitado la ayuda de abuelos o familiares para su cuidado y otro 32 % ha contado con personal remunerado en casa.
La responsabilidad de atender a la gestión emocional de los hijos, supervisar sus tareas escolares, participar en los grupos de WhatsApp de los colegios, coordinar actividades extraescolares y la vida social de los pequeños, planificar la logística semanal, llevarlos al médico, etc. representa una carga de estrés y cansancio significativo en los padres y madres. Esta situación a menudo lleva a un sentimiento de desbordamiento, agravado por la falta de comprensión y apoyo por parte del entorno familiar, amistades, o incluso dentro de la dinámica de la propia pareja.
Si nos comparamos con los países del norte de Europa, con más medidas de conciliación, el panorama es opuesto. En Finlandia el 35% de las madres considera que es fácil compaginar trabajo y familia. Un 81% de las suizas y de las belgas creen que, aunque se presentan dificultades, la conciliación es posible; y el 75% de las madres noruegas opinan lo mismo.
En los países nórdicos, el cuidado de los niños es una prioridad socialmente reconocida, y no se juzga negativamente a los padres que se ausentan del trabajo para atender a sus hijos. En contraste, en España, los padres a menudo tienen que realizar un complicado equilibrio entre sus responsabilidades laborales y familiares. Además, muchos padres hoy en día enfrentan el desafío de criar a sus hijos en soledad, ya que muchas parejas jóvenes no cuentan con una red de apoyo familiar cercana.
Se observa un creciente número de padres involucrándose activamente en el cuidado de sus hijos y asumiendo responsabilidades familiares de manera equitativa. Sin embargo, aún se necesitan más modelos a seguir en este aspecto. Existe una lucha por la corresponsabilidad, que también implica un desafío para las madres, quienes, debido a la presión sociocultural, han asumido tradicionalmente estas tareas como propias.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas