El paisaje de la capital tinerfeña se está transformando de forma más que notable durante las últimas semanas por mor de los avances que han tenido lugar a cuenta del anunciado desmantelamiento de la Refinería que la Compañía Española de Petróleos, Sociedad Anónima (Cepsa), inauguró hace cerca de un siglo en unos parajes que, por aquel entonces, estaban situados a las afueras de Santa Cruz de Tenerife, y que conformaron un tejido industrial y social que marcó profundamente a esta ciudad y sus habitantes durante todo este tiempo.
Ahora, el adiós a dichas instalaciones se traduce en una formidable oportunidad para la expansión de una urbe hasta ahora constreñida por motivos geográficos, y que se pretende aprovechar con el proyecto municipal a tal fin, denomibado Santa Cruz Verde y que espera convertirse en una realidad a partir de 2030.
Aunque no son las primeras obras en la retirada de la Refinería, lo cierto es que pocos símbolos más reconocibles para los chicharreros como los tanques de combustible ubicados en una zona bien visible desde su entrada por el Sur, y que en estos días han concitado la atención popular ante el progresivo avance de las piquetas.
Todo este proceso se lleva a cabo bajo las preceptivas licencias otorgadas desde el Ayuntamiento, tal y como explican a este periódico desde la propia compañía y portavoces municiipales.
Concretamente, hasta ahora han sido tres las licencias expedidas para no entorpecer los planes de demolición, y son las siguientes: la primera corresponde al desmantelamiento de la unidad conocida como Merox y de la torre de refrigeración.
La segunda licencia, cuya ejecución corresponde a la actualidad, pasa por el desmantelamiento de los tanques de crudo 508, 509 y 510, mientras que la tercera comprende el desmontaje de las unidades visbreaker, hidrodesulfuración 1, Cotesa, Central Térmica y planta desmineralizadora.
Según detalló en su día el consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, “una vez concluidas las intervenciones de la primera fase [en referencia a la Merox y a la torre], se abordará la siguiente [la actual], focalizada en el entorno donde se encuentran los tanques de almacenamiento de crudo”.
“La puesta en marcha de un nuevo parque de almacenamiento en el Puerto de Granadilla”, continuó Verselaar, “para el que Cepsa ya tiene una concesión administrativa y que se espera que sea una realidad en 2025, junto a un mayor uso de otras instalaciones con las que ya cuenta la compañía en la Isla, permitirá el inicio de los trabajos de esta segunda fase, que conllevarán la desinstalación de los restantes equipos de la Refinería, al completo, y la remediación voluntaria de los suelos. Esta última fase -añadió- dará luz verde al proceso de construcción del nuevo espacio verde de la ciudad, que marcará un hito en los objetivos de desarrollo sostenible de las agendas de las administraciones competentes involucradas y de Cepsa”.

Por su parte, desde el Ayuntamiento han especificado a este periódico que las citadas tres licencias con las únicas que ha solicitado Cepsa por ahora sobre este respecto.
Histórica
Fue el 26 de septiembre de 1929 cuando se constituyó Cepsa, que en sus inicios tenía concesiones en Venezuela y que, apenas un año después, planeó la creación de su Refinería “Tenerife” para dar salida a éstas y futuras concesiones donde la compañía incrementara su participación. La zona elegida distaba mucho de ser parte del núcleo urbano de Santa Cruz en los años 30 del siglo pasado, dado que para llegar a la misma había que transcurrir entre senderos flanqueados por las plantaciones de plataneras existentes donde ahora están la avenida de los Reyes Católicos o buena parte del barrio de La Salle.
La apertura de la Refinería supuso un hito para la sociedad santacrucera, al tratarse de la implantación de la industria más relevante conocida hasta entonces en toda Canarias. Se estima que, en sus momentos de mayor esplendor, unas 1.700 familias progresaron gracias a los salarios generados tanto directamente por los empleados contratados por Cepsa como por los negocios que surgieron en la Isla en relación con los distintos productos derivados del refino.
A todo ello hay que añadir las ventajas que supusieron los economatos de alimentación y textiles creados en favor de los trabajadores de la Refinería y, por si fuera poco, Cepsa invirtió en la edificación de barrios como el de Buenos Aires, para dotar de viviendas dignas a los empleados que carecían de ellas en unos tiempos donde el chabolismo imperaba en Los Llanos y El Cabo.
Mas el tiempo pasa, y la que fue primera refinería que entró en funcionamiento por lo que respecta al territorio español acabó degenerando en serios problemas para la convivencia, por cuanto sus instalaciones, que abarcaban unos 500.000 metros cuadrados, terminaron integrados en el núcleo urbano y contaminando el aire que respiraban los vecinos, a pesar de que las mejoras implantadas en la década de los 80 disminuyeron notablemente los efectos nocivos de tal cercanía.
En 2018 se acordó el cierre completo de la Refinería, que da paso al mayor progreso regenerador de la capital tinerfeña en los últimos siglos, y que en realidad ya empezó con la recuperación de los terrenos donde hoy se asienta el barrio de Cabo-Llanos.
Bermúdez: “Ya trabajamos en Santa Cruz Verde 2030”
En los libros de Historia constará que el actual alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, fue quien impulsó desde el Ayuntamiento una transformación tan notable de la capital como es el adiós a la Refinería de Cepsa.
En declaraciones a DIARIO DE AVISOS, Bermúdez desveló que “mantenemos un contacto directo con el Gobierno de Canarias y con el Cabildo Insular en la idea de trabajar conjuntamente en la propuesta urbanística que vamos a realizar para la ordenación de esta zona de expansión de la ciudad, el futuro Santa Cruz Verde del año 2030 en adelante”.
Cuestionado sobre el proceso actual, el alcalde santacrucero explicó que “la desmantelación y descontaminación del terreno de la Refinería se sigue produciendo según las propuestas de Cepsa, de sus propios planes de desmantelación, y del plan de descontaminación aprobado por el Gobierno de Canarias”. A este respecto, Bermúdez recalcó que “se está trabajando conjuntamente para agilizar todas las licencias que Cepsa pida para retirar cualquier unidad”.





