Casi seguro que si escucha o lee ICI no le suena mucho; le parecerá unas siglas más de vete a saber qué entre el maremoto que hay. Pero, si se añade enseguida Intervención Comunitaria de Taco, es muy probable que ni siquiera haga falta añadir Intercultural. Y es que la ICI de Taco, desarrollada de 2014 a 2020 por el impulso de un insistente y entusiasta profesor de la ULL del área de Geografía Humana (Vicente Zapata), sonó y sonó en la radio, tele y prensa durante muchos años debido al empeño de este apasionado docente por despertar el gen colectivo que, de siempre, ha caracterizado a los humanos, pero que el individualismo creciente de las últimas décadas ha ido ocultando cada vez más. La experiencia no solo fue un éxito por los logros en este célebre núcleo de unos 35.000 habitantes compartido por La Laguna y Santa Cruz, sino que aún da frutos en los 13 barrios de esta zona, se ha extendido a toda La Laguna y otros sitios, y es un referente en España y fuera.
Vicente Zapata, palmero, viene a Tenerife muy pequeño y se cría en los núcleos laguneros de Camino Las Mantecas, Barrio Nuevo de Ofra… “De alguna forma, me impregné del espíritu comunitario de los años 70 y 80”, explica a DIARIO DE AVISOS.
Al terminar la carrera de Geografía e Historia en 1992, empieza a trabajar con su alumnado entre La Cuesta y Taco con la convicción de que aquel espíritu comenzó a debilitarse desde los 90. “La sociedad se volvió más individualista, aparecen otro tipo de relaciones de las personas con su territorio y entre ellas; decrece la necesidad de estar, sentirse y encontrarse en comunidad. Obviamente -matiza-, esto se debe también a que la administración da respuestas mucho más completas a sus problemas y ya no es tan necesario generar esa confluencia y acción comunitaria”.
Esos primeros pasos le llevan a implicarse en el Plan Urban, “que se redacta en 1999 y se propone para La Cuesta y Taco. Formulé buena parte de las propuestas a partir de ese trabajo con el alumnado”. Del Urban pasa, en 2003, a promover la iniciativa Vecinos al Proyecto en La Candelaria, del que surge Barrios por el Empleo en 2009. Al año siguiente, la Obra Social de la Caixa plantea una estrategia de intervención comunitaria e intercultural para toda España. “Sabíamos que, en esa primera convocatoria de 2010, tendriamos dificultades para entrar porque había muy pocos territorios, pero, tras hacer un trabajo previo con esa Obra Social, entramos con Taco junto a otros 50 núcleos del país”.
Zapata sabía que Taco tenía características diferentes porque, entre otras cosas, era el único sitio que pertenecía a dos municipios. Además, representaba tres distritos y lo componían 13 barrios “con ciertas diferencias”. Aunque con los fondos privados de La Caixa, logran comprometer también a los dos ayuntamientos y, junto a su equipo y las redes que fueron tejiendo, tratan de despertar aquel espíritu “en un hito a escala estatal porque ningún territorio tenía esa complejidad. Durante 7 años, actuamos con un proyecto muy potente para contribuir a que la comunidad se organizara mejor, generando espacios de relación en una zona y vecinos muy estereotipados en el contexto tinerfeño”.
Por eso, considera que “lo más exitoso fue la construcción de las relaciones y trabajar en la recuperación de una identidad común, la de Taco. Las personas se reconocen más en su barrio, donde viven, trabajan y están gran parte del día. Lo que intentamos fue crear un nuevo apego y afecto por la idea de Taco y creo que muchos han vuelto a sentirse orgullosos de vivir ahí. Y lo más importante es que la comunidad de relaciones que surgió entre muchísimas personas, entidades y las administraciones se ha mantenido más allá del cierre del proyecto en 2020. Es de lo que estoy más satisfecho porque se llevaron muchísimos aprendizajes y ahora los ponen en práctica de manera más autónoma y concreta. Logramos recordar aquella etapa de los 50, 60, 70 y 80 en la que las personas trabajaban más conjuntamente porque había una estructura comunitaria mucho más articulada porque era necesaria”.
Durante el primer año, hicieron un fichero comunitario y visitaron todos los colectivos. “Generamos muchísimos espacios de encuentro nuevos, recuperamos contactos entre personas del mismo barrio y de otros. La complejidad socioterritorial allí es muy importante y, además, se trata de una zona multicultural porque las nuevas migraciones de otros países ya habían llegado. La reconstrucción de las relaciones fue clave, pero también la generación de aprendizajes, pues hubo mucha formación, mucho trabajo conjunto, la escuela abierta de verano, los Convive Taco… Todos estos espacios en los que volvieron a encontrarse siguen ahí, se ha reforzado el espíritu comunitario y eso es muy importante para la solidaridad y para afrontar los problemas de forma conjunta. De hecho, esto funcionó muy bien en el confinamiento y toda la pandemia”.
Según recalca, esta ICI no para por la COVID, sino que la Caixa tenía previsto dejar los proyectos. No obstante, le plantean a los ayuntamientos continuar junto a la ULL y La Laguna sigue. “Santa Cruz nos dice que quiere otro planteamiento y prioridades para el Suroeste, lo que es muy legítimo, aunque nunca perdimos la relación. Con La Laguna seguimos con el proyecto Comunidad, redactado en el confinamiento para darle continuidad a lo de Taco porque aquello estaba funcionando”.
Es en ese momento cuando firman un convenio con la ULL y La Laguna, pero para todo el municipio. “Ahora estamos en la fase de renovación, aunque seguimos actuando en La Cuesta y Taco con Barrios por el Empleo”.
Al hacer balance, Zapata subraya que ha habido pocos proyectos como el de Taco en Canarias. “Hubo un ICI en San Bartolomé (Lanzartoe) avalado por la Caixa, pero menor. También destacaron los de Marco Marchioni, figura clave en esto (ya fallecido), en Jinámar y Las Remudas (Gran Canaria), pero nunca con la complejidad de Taco, lo que nos convirtió en laboratorio para España y Europa por seguir tanto tiempo”.
CINCO UNIVERSIDADES
Tal ha sido el éxito, que comparten ahora un proyecto científico con 5 universidades (La Complutense, la Autónoma de Madrid, la de Zaragoza, la de Valencia y la ULL) que eligió el barrio lagunero de San Matías para “seguir trabajando la convivencia en áreas con diversidad cultural y humana… Desplegamos también iniciativas como Juntas en la misma Dirección, con el Cabildo de Tenerife. Además, estamos en la red de ciudades interculturales, preparamos una inciativa más modesta en El Fraile (Arona), llevamos a cabo una en Los Realejos y desarrollaremos algo importante en un municipio del sur durante este año”. Y todo tras lo de Taco.
En este sentido, resalta el papel de la ULL, “que ha estado siempre detrás y ha generado una proyección hacia los pueblos de la Isla que entronca con sus necesidades. Además, va de la mano de ayuntamientos y Cabildo, algo que también se nos destaca fuera por ser original porque lo habitual es que una universidad esté en un proyecto concreto, pero no décadas”.
Según subraya, “estos proyectos nos recuerdan esa particularidad que se estimula cuando hay dificultades, necesidades imperiosas y problemas para cuajar proyectos personales. Es cuando nos unimos, confluimos… No es casual que, en la crisis de 2008 o en la pandemia, las personas hagan lo posible por encontrarse. Alineados con la Agenda 2030 para que la comunidad avance colectivamente, los ICI nos enseñan que no estamos solos y nos generan método, instrumentos y organización para optimizar esas coordenadas comunitarias que tenemos dentro”. En Taco lo saben bien y ya lo disfrutan otras zonas.
“No hay que luchar contra la tecnología y redes, sino usarlas bien”
Zapata tiene claro que la sociedad es muy individualista pese a experiencias como los ICI. Sin embargo, y frente a lo que se podría pensar, no es critico con las redes y la tecnología, pues cree que hay que “usarlas bien. No tenemos que luchar contra ellas… La tecnología debe ser otro aliado para el trabajo comunitario y despertar con ella la inquietud por encontrarse, trabajar colectivamente y entender que muchos problemas se resuelven mejor juntos. En realidad, no debemos ir contra nada, pues lo que genera la sociedad, en general, suele mejorar. Sí debemos optimizar estas herramientas y el instrumento principal, que es el propio ser humano: el conocimiento, su capacidad para resolver problemas, la inteligencia… Cuando se juntan dos personas, las cosas fluyen mejor, surgen retos superiores, se afronta la complejidad… Hay que sumar lo viejo, lo que tenemos en el ADN y está oculto, pero que siempre ha estado: lo colectivo. De hecho, cuando las personas son conscientes de esto les salta un resorte interior, lo que es muy hermoso: ver cómo se genera en poco tiempo esa respuesta, ese clic que hace que se relacionen con otras”.