El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 impulsará un nuevo modelo de tarjetas monedero para familias con hijos en situación de pobreza severa, que sustituye al reparto de alimentos físicos. Con este nuevo sistema se prevé llegar, a partir del mes de abril, a unas 70.000 familias y más de 100.000 personas. El Banco de Alimentos, que queda fuera de la distribución, denuncia que dejará desatendidas a cientos de miles de personas, como ya adelantó DIARIO DE AVISOS.
El Real Decreto regulará una concesión directa, con carácter excepcional y por razones humanitarias, a Cruz Roja Española para poner en marcha este programa de tarjetas monedero durante 2024. El Gobierno asumirá la gestión de forma transitoria y excepcional, y, a partir del 1 de enero de 2025 serán las comunidades autónomas.
El ministro Pablo Bustinduy señaló que “damos un paso para dignificar la protección social y que las familias no tengan que ir a las colas del hambre”. Explicó que la concesión a Cruz Roja se ha tomado, ya que “existía el riesgo de no llegar a tiempo”, pues la última entrega de alimentos se hizo en noviembre y durará hasta marzo. En abril “se dejarán de entregar” alimentos y productos de higiene físicamente y pasará a entregarse unas tarjetas o vales canjeables en determinados establecimientos, con el objetivo de “dignificar y normalizar” el acceso a productos básicos, y que decidan la compra en función de sus preferencias.
Serán los supermercados los que puedan hacer la selección en caja, informando a las familias de los productos que se pueden cargar o no en la tarjeta. El ministro Bustinduy valoró que “permitirá acceder directamente a productos frescos, como la fruta y la verdura”, que con el anterior sistema no era posible. Este cambio de modelo mejorará su funcionamiento. “Se dirige específicamente a paliar la pobreza infantil, va a mejorar la nutrición de los niños y niñas más vulnerables, también incidiendo en una mayor calidad de vida para sus familias”, remarcó.
Para este programa, que se financia con el tramo estatal del Fondo Social Europeo+, el Gobierno destinará unos 660 millones de euros para los próximos siete años y espera beneficiar a unas 70.000 familias, que, por su composición variada, superará las 100.000 personas.
Estas tarjetas monedero irán dirigidas a familias con niños a cargo, que cobren menos del 40% de la renta media. La valoración, la selección de beneficiarios y la entrega de las tarjetas correrá a cargo de los Servicios Sociales. La tarjeta será recargable por un máximo de tres meses y, una vez pasado ese tiempo, las familias deberán volver a recargarlas. Por tipología de hogar, aquellos formados por un adulto y un menor recibirán 130 euros al mes; los de tres personas (dos menores y un adulto, o dos adultos y un menor), 160 euros; los de cuatro, 190 euros, y los formados por cinco o más miembros, 220 euros de saldo.
Con este nuevo modelo cesará la colaboración con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), que se encargaba, junto a Cruz Roja, de hacer llegar los alimentos comprados por el FEGA a las asociaciones de reparto. Fesbal rechaza este modelo, porque “dejará desatendidas a más de 350.000 familias que no cumplen con los criterios, así como a cientos de miles de personas que se ven obligadas a acudir a un centro de reparto de alimentos (personas sin hogar, solas, con ingresos bajos, inmigrantes…)”, según alertó su presidente, Pedro Llorca, que estima que “solo serán beneficiarios de las tarjetas el 16,5% de las familias”.
Gobierno canario
Esta herramienta con sus recursos limitados no cubrirá las necesidades de todos los beneficiarios actuales. La directora General de Servicios Sociales, Elisabeth Santana, señaló a DIARIO DE AVISOS que “Canarias garantizará con fondos propios la atención a todas las personas que se queden al margen de este reparto”. En 2023 se entregaron 2,7 millones de kilos de alimentos a 105.802 personas.