La Fundación CajaCanarias presentó ayer el catálogo de la exposición Artedrago. Visiones del árbol milenario en su espacio cultural de Santa Cruz de La Palma. El volumen recoge entre sus páginas imágenes de las casi 200 obras de la Colección ArteDrago de Miguel de Taoro y otras piezas cedidas expuestas en la muestra que se clausura hoy sábado en dicho recinto y que, desde su inauguración, en septiembre, han visitado 12.000 personas.
El catálogo se completa con textos de Lázaro Sánchez Pinto, Ernesto Varcárcel, Eliseo Izquierdo, Virgilio Gutiérrez, Isidoro Hernández y Miguel de Taoro, y un poema inédito de Elsa López, escrito para la ocasión y que recitó ayer.
GIGANTE VEGETAL
El acto contó con las intervenciones de Miguel de Taoro; Elsa López; Efraín Pintos, académico de la Racba y asesor del catálogo; Isidro Hernández, asesor museográfico; Paz Palomeque, experta en patrimonio bibliográfico, y Margarita Ramos, presidenta de la Fundación CajaCanarias, quien recalcó que la publicación “es un espléndido monográfico, un homenaje a la figura de este gigante vegetal, que acoge la mirada de artistas de diversa procedencia con obras pictóricas, dibujos, carteles y otros objetos, sobre la imagen legendaria del drago de Canarias desde el pasado hasta el presente”. “Quiero agradecer a Miguel de Taoro su predisposición -agregó-, y a los autores que han colaborado con sus textos para que este catálogo sea una magnífica remembranza de esta maravillosa muestra”.
Miguel de Taoro agradeció el compromiso de CajaCanarias y de las personas involucradas en la exposición. “Estoy muy emocionado. Cuando se hace una inversión de dinero en cultura, se habla en términos de gasto. Esta exposición, con esas 12.000 visitas, ha supuesto una reinversión en la sociedad. Muchas gracias a las entidades que invierten en cultura y espero que sigan haciéndolo”, recalcó.
Efraín Pintos aludió al papel de difusión. “Somos los mensajeros para que el arte pueda ser visionado por miles, ayudando a su contemplación y a su entendimiento. Esta es una colección rara, con obras muy distintas entre sí”, señaló. “Las piezas le llegaron al coleccionista y él se dedica a lo que mejor sabe hacer: ser custodio de las mismas. Cuando se forma una colección, se forma personalidad, y a mí, la colección de Miguel de Taoro me atrapó. Ahora, siempre que veo un drago, me acuerdo de él”, expuso.