Canarias es la segunda comunidad con el mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (la denominada tasa AROPE) con el 33,8%, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2023, pese a reducirse en 2,4 puntos tras el 36,2% de 2022. Con peores registros está Andalucía (37,5%) y las Ciudades Autónomas de Ceuta (41,8%) y Melilla (36,7%).
Según este estudio, el porcentaje de la población canaria con carencias materiales y sociales severas se eleva al 11% y el de baja intensidad de empleo, al 14,3%. Canaria, además, se situó el año pasado a la cabeza en número de hogares con más dificultades para afrontar gastos imprevistos, el 53,1%, es la tercera región donde sus familias tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes (el 9,9%), y la segunda comunidad con el mayor porcentaje de hogares (42,2%) que no pueden permitirse ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, según lo ocurrido en 2023.
A escala estatal, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social creció medio punto, hasta el 26,5%, mientras que la población con “carencia material y social severa” subió hasta el 9%, la tasa más alta desde 2014.
Dos de los tres componentes de la tasa Arope mejoraron: el riesgo de pobreza relativa -indicador que refleja cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población-, que bajó del 20,4 al 20,2%; y el de población con baja intensidad (actividad) en el empleo, que pasó del 8,7 al 8,4%.
Mientras, empeoró el porcentaje de población con carencia material y social severa, que subió del 7,7 al 9%. Ese concepto analiza factores como no poder ir de vacaciones una vez al año; comer carne, pollo o pescado cada dos días; o tener su casa a una temperatura adecuada.
Según el INE, el 9,3% de la población española manifestó llegar a fin de mes con “mucha dificultad” en 2023 (0,6 puntos más que en el año previo). El 10% de los hogares admite que se retrasa en los pagos a la hora de abonar gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca, alquiler, comunidad, etc.). Este porcentaje no ha variado.
Además, el 37,1% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos (frente al 35,5% de 2022) o el 33,1% no se pudo permitir al menos una semana de vacaciones fuera de casa (0,4 puntos menos). Casi el 30% no puede sustituir muebles estropeados o viejos; el 20,7% no puede mantener la temperatura de la vivienda -más de tres puntos respecto a 2022 (17,7%)- y el más elevado desde 2004. El 6% de los hogares no puede permitirse disponer de un coche, dos décimas más.
Al mismo tiempo, el 6,4% de los hogares declara que no puede permitirse una comida de pollo, carne o pescado al menos cada dos días, porcentaje un punto superior al de 2022 y también el más alto desde 2004.
En cuanto al nivel de formación alcanzado, la encuesta revela que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social en el caso de personas con educación superior fue del 13,3%; del 25,7% entre personas con estudios de secundaria de segunda etapa; del 33,5% entre personas con estudios de secundaria de primera etapa y del 36,7% entre personas con educación primaria o un nivel de estudios inferior. Sobre la situación laboral, entre los parados fue del 56,7%, otros inactivos el 38%, entre los jubilados, el 17,2%, y entre los ocupados el 16,6%.