Lejos de amainar, la catástrofe humanitaria que tiene como escenario las aguas de Canarias no hace más que aumentar, pese a que el año pasado fue el peor de la llamada ruta atlántica desde que en 1994 llegaron dos saharauis a la costa de Fuerteventura y desembarcaran enarbolando una bandera de su país, un territorio que ya desde entonces estaba ocupado por Marruecos.
Sin embargo, el pésimo 2023, con casi 40.000 supervivientes llegados al litoral del Archipiélago y miles de muertos por los naufragios acaecidos en tan proceloso camino, se antoja ya superado cuando apenas han pasado 45 días del 2024 si se tiene en cuenta que solo ha registrado en lo que va de año -hasta el 15 de febrero- la llegada de un total de 11.704 migrantes irregulares por vía marítima a las Islas, lo que supone nada menos que un 630,6% más que en el mismo periodo del año anterior (10.102 más), según el último balance del Ministerio del Interior, desvelado ayer.
Estos supervivientes arribaron a bordo de 176 embarcaciones, 139 más que en el mismo periodo de 2023 (37), y sin duda algo tienen que ver las evidentes señales del cambio climático en curso, que han prolongado inusualmente las calmas propias del otoño en esta zona del Atlántico Norte en esta ausencia total del invierno que se vive en las Islas, cuando la primavera ya asoma en la próxima hoja del calendario mensual.
Al detalle de la nueva entrega estadística de Interior, hay que reseñar que en el total de España han llegado durante dicho periodo 13.302 migrantes en lo que va de año, lo que supone un 424,1% más que en el mismo de 2023 (2.425) y casi el doble de los que arribaron en los seis primeros meses del 2023 (7.213). En concreto, del 1 de enero al 15 de febrero han entrado por vía marítima 12.957 migrantes, un 434,3% más que en el mismo periodo de 2023 (10.532). Lo hicieron a través de 261 embarcaciones, 138 más que el año anterior.
Mientras, a la Península y Baleares por vía marítima llegaron 1.252 migrantes, lo que supone un 55% más que en 2023, cuando arribaron 808. En este caso, lo hicieron en 84 embarcaciones, dos más que hasta el 15 de febrero del año pasado. En el caso de Melilla, arribó una persona, dos menos que el año pasado. Sin embargo, han aumentado las llegadas por vía terrestre a ambas ciudades, con 345 migrantes, 232 más que en el mismo periodo de 2023 (342 a Ceuta y tres a Melilla).
Felizmente, la constante derivación de adultos por parte del Gobierno de España ha funcionado con una celeridad extraordinaria, y, para certificarlo, basta con comparar con lo sucedido en 2020. Sin embargo, la crisis de los menores sigue desbordando hasta límites intolerables, como la permanencia d un menor en una cárcel durante semanas.
A este respecto, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, insistió ayer en su respaldo a una puesta en marcha de un acuerdo amplio para un reparto solidario y vinculante de niños y niñas migrantes no acompañados. “Como Gobierno central, tenemos un compromiso con Canarias, y con los niños y niñas migrantes que llegan”, aseveró.