Por Redacción DA/Juan Carlos Mateu. | Avances científicos y consejos de expertos para llegar a los 100 años acaparan cada vez más titulares. Decenas de nuevos estudios marcan las fórmulas y secretos clave para una vida prolongada y saludable.
Se ha hablado de superalimentos como el Ganoderma lucidum, considerado el «hongo de la inmortalidad» y que se ha usado en la medicina tradicional china por ser bajo en calorías y grasas, pero rico en proteínas vegetales, aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales. También se ha demostrado que carnes procesadas, quesos grasos y bebidas y cereales azucarados impedirían llegar a los 100 años.
Asimismo, son numerosos expertos los que hablan sobre hábitos que podrían ayudar a la longevidad, como los que enumeraba un cardiólogo japonés de 95 años, entre los que destacaba las siestas, los paseos y las redes sociales.
En medio de este panorama de investigaciones y recomendaciones, una tinerfeña de 103 años desafía todas las expectativas y revela, con la sabiduría acumulada a lo largo de un siglo, sus propias claves para alcanzar una edad tan venerable.
Las claves de la tinferña María Dolores para llegar a los 103 años
María Dolores es una tinerfeña, afincada en el casco urbano de San Miguel de Abona, que el próximo 8 de mayo cumplirá 103 años. “El tino no lo he perdido, pero no pensé llegar a estas alturas”, asegura.
Preguntada sobre el secreto de su longevidad, incluye entre su fórmula centenaria “la leche con gofio, el potaje y tomarme la vida tranquila, que ahora la gente está en el aire, muy nerviosa, va como loca, corriendo de un lado a otro y todo le parece poco”.
Reconoce que no duerme mucho, “unas horitas”, pero antes reza cada noche. “Viví épocas de mucha miseria, cuando no había nada que comer ni que comprar”. Explica que comía “lo que había”, podían ser “cabezas de pescado salado, gofio revuelto, caldo, cebollas o potaje blanco y hasta negro. Y papas, la gente vivía gracias la papa”.
Doña Dolores reconoce que le entretienen la televisión y la radio, que escucha desde que se toma el “cortadito” mañanero con el que empieza el día: “Me gusta oír música y ver el Telediario para enterarme de las noticias, aunque son horrorosas, con tanta guerra”. Cuestionada por la política, responde: “No sé, la veo rara, no muy bien”.
Le gusta tomar caldo, puré, potaje de verduras molido yogures y “alguna natilla, porque soy un poco golosa”. Y recalca que “como poquito, pero tengo todo mi tino”.
El gofio canario, aliado de la longevidad
María Dolores lleva razón con comer gofio, ya que un estudio realizado por el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y publicado en el International Journal of Cardiology reveló que las personas que lo consumieron de manera regular durante al menos 40 años mostraron una mejor capacidad funcional y una mayor resistencia en pruebas de esfuerzo.
El estudio también arrojó resultados prometedores en cuanto al riesgo de enfermedad arterial coronaria. Aquellos que incluyeron el gofio en su dieta habitual tenían un menor riesgo de padecer esta enfermedad.
Estos hallazgos sugieren que el gofio no solo es un aliado en el rendimiento deportivo, sino también un protector de la salud cardiovascular por sus aportaciones nutricionales:
– Hidratos de carbono: La fuente de energía principal, cuyo componente más importante es el almidón.
– Proteínas: Posee un alto contenido en proteínas, más del 10%.
– Fibra: tiene 1’9 gramos por cada 100 gramos. Impacto positivo en los niveles de glucosa en sangre. Ayuda a regular la absorción de azúcares.
– Minerales: es rico en hierro, calcio, magnesio y potasio, entre otros.
– Vitaminas: Destaca la presencia de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3), imprescindibles en el buen funcionamiento muscular y C, de gran poder antioxidante.
– Bajo en grasas y bajo en azúcares.