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“El alquiler vacacional está liquidando la identidad del campo” en Tenerife

El subsector del turismo rural alerta sobre la “plaga” de cabañas y contenedores en la medianía y exige las mismas reglas para todos: “Cada modalidad alojativa tiene su lugar”
El alquiler vacacional ha irrumpido con fuerza también en la medianía tinerfeña. DA
El alquiler vacacional ha irrumpido con fuerza también en la medianía tinerfeña. DA

“En los últimos diez años, la medianía se ha llenado de pseudoalojamientos, con una plaga de cabañas, cuevas, contenedores y cuartos de aperos amparados en la vivienda vacacional, liquidando la identidad del campo, cuando un alojamiento rural es una casa antigua, perfectamente restaurada para uso turístico, como dice la ley, que forma parte del patrimonio de Canarias”, aseguró ayer a este periódico Pedro Díaz, presidente de la Asociación para la Puesta en Valor del Turismo Rural en Tenerife (Tenatur) y representante de la Asociación Canaria de Turismo Rural (Acantur).

Esta modalidad turística aglutina alrededor de 900 casas (casi cien menos que hace dos años) y unas 4.000 camas turísticas en las Islas. “Es una lucha muy desigual frente a las 100.000 de alquiler vacacional solo en Tenerife”, indicó Díaz, quien subraya la aportación del colectivo que representa al patrimonio y la sostenibilidad.

“¿Alguien se imagina una casa de turismo rural en una zona turística como Playa de Las Américas? Imposible, porque cada modalidad alojativa tiene su lugar, y el nuestro es el campo, el pueblo, la medianía, pero sentimos que están usurpando nuestro ecosistema natural después de haber heredado unos alojamientos de nuestros padres y abuelos que hemos restaurado y puesto en valor turístico”, enfatizó el presidente de Tenatur.

Pedro Díaz destacó que el subsector que representa reclama “más rigor y compromiso político”, especialmente de los ayuntamientos, administraciones con competencias urbanísticas y de actividades clasificadas. Recordó que los propietarios de las casas rurales están obligados a unos requisitos “muy exigentes”, mientras que, en el caso del alquiler vacacional, “es lo más sencillo que yo he visto en mi vida”, por lo que Tenatur reclama “un marco regulatorio que nos permita jugar a todos con las mismas reglas, además de un mayor labor inspectora”.

“Lo que exigimos a las administraciones públicas es que se comprometan con el turismo rural, lo protejan y presuman de él, porque estamos siendo engullidos por un subsector que ha irrumpido con muchísima fuerza en un ámbito con unas características muy definidas que nosotros estamos obligados a cumplir”, aclaró Díaz, quien destacó el carácter “romántico” de los promotores de esta modalidad de vacaciones en el medio rural: “Nos duele la sensación de que no importamos y de que se nos quiere dejar morir”.

Desde Tenatur, se achaca la pérdida de casi un centenar de casas dedicadas a esta actividad en la medianía por las “trabas burocráticas y administrativas” y “porque es imposible competir con el exceso de oferta”, lo que está afectando a las reservas.

La asociación ve “con esperanza” el anteproyecto de ley que tramita el Gobierno de Canarias para regular el alquiler vacacional, “aunque nos gustaría que fuera más restrictivo”, aseguró su presidente, quien confirmó que las alegaciones presentadas buscan que las casonas canarias dirigidas al turismo no se ofrezcan en la plataforma de la vivienda vacacional, sino como inmuebles rurales o emblemáticos. También que el suelo rústico se preserve para el uso primario y el uso de turismo rural, como permite la ley del suelo, y que exista igualdad de condiciones a la hora de obtener los permisos necesarios entre el alquiler vacacional y las modalidades hoteleras y extrahoteleras.

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