El inminente verano estará marcado por una nueva edición de los Juegos Olímpicos y, claro está, el tráfico aéreo de Europa -especialmente, de Francia- se verá afectado por este acontecimiento deportivo. Al índice de vuelos habitual en estas fechas por las vacaciones estivales se suman los viajes programados para disfrutar de la gran cita de París. Los primeros cálculos marcaban, a finales de febrero, un aumento de las reservas del 125%. Los países con mayor tráfico de pasajeros serán Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón y España.
La tecnológica AirHelp (airhelp.com/es) ha recopilado los datos de llegadas en avión a París del último verano (entre el 26 de julio y el 11 de agosto). Se registraron sobre las 7.000, con más de un millón de personas transportadas. De ellos, aproximadamente un 48% no aterrizaron a la hora prevista. De los 1.250 vuelos procedentes de España durante esas dos semanas, se cumplió el horario en el 56% de los casos. Entre los tres aeropuertos, los de referencia para la mayoría son los de Charles de Gaulle y Orly. Teniendo en cuenta la puntualidad de los aeropuertos franceses, que no superaron el 65% de los vuelos en hora durante los meses de julio y agosto de 2023, el desempeño de los parisinos contribuyó a empeorar las cifras. En este periodo, se contabilizan más de 400 vuelos diarios.
Conforme a la normativa de la Unión Europea, las aerolíneas están sujetas a una serie de obligaciones cuando los pasajeros experimentan problemas en su vuelo: derecho a estar informados sobre el estado en el que se encuentra su vuelo; la compañía debe facilitar un vuelo alternativo al destino o el reembolso completo en todas las situaciones de denegación de embarque, cancelación o pérdida de la conexión; después de unas horas de retraso (de 2 a 4) o cancelación, las aerolíneas han de proporcionar comida y bebida a los usuarios; en los retrasos nocturnos, ofrecerán a los afectados un hotel donde pasar la noche y transporte de ida y vuelta al alojamiento; ante una cancelación, sobreventa, conexión perdida o un retraso de más de 5 horas, el pasajero podrá reclamar que le devuelvan el importe íntegro de su billete y que le sea abonado cualquier gasto adicional derivado de la interrupción del viaje; si se produce un cambio de ruta, al viajero se le ofrece optar entre el reembolso íntegro y otro vuelo; habrá una compensación de hasta 600 euros por persona y trayecto a causa de retrasos de más de 3 horas, cancelaciones con menos de 14 días de antelación a la salida o denegación de embarque por exceso de venta, cambios de horario o conexiones perdidas que originen un retraso de más de 3 horas con respecto a la previsión de llegada. Las circunstancias “extraordinarias” no cuentan.
Se recomienda guardar las comunicaciones de la aerolínea, la documentación del vuelo y los recibos de compra.