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Criptoterrestres

Un nuevo enfoque científico para explicar los encuentros con OVNIs y extrañas criaturas
Criptoterrestres

Han pasado más de 40 años desde que personalmente nos interesamos por el fenómeno OVNI, y casi 80 años desde que, oficialmente, este escurridizo misterio comenzó a convertirse en parte de la cultura mundial tras el eco mediático del avistamiento del piloto Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947. Ese avistamiento, de unos aparatos con forma de ala delta, contemplados cerca del Monte Rainer y que se “movían como platillos volantes”, dio origen a la era moderna de los OVNIs. Desde entonces, se han planteado todo tipo de hipótesis para explicar este caprichoso contenedor de anomalías, algunas más plausibles y otras completamente descabelladas, y junto con la ocultación y negación oficial, hemos convivido con decenas de miles de casos que nos gritan a la cara que no todo es lo que parece.

Sin embargo, vivimos tiempos distintos, en los que los roles se han cambiado, y ya, ante tanta confusión y giro de timón, no sabemos muy bien lo que pensar. Los que antes ocultaban y negaban parecen monopolizar el discurso, marcar el nuevo relato. Esta reflexión en voz alta viene a cuento del más reciente estudio “serio” publicado sobre los OVNIs-UFOs-UAPs, informe que plantea que la explicación puede estar en la Tierra, concretamente en lo que dan en llamar CRIPTO-TERRESTRES (Hipótesis CTH), una suerte de “humanidad paralela” que podría tener sus bases ocultas en volcanes, lagos, bajo los océanos e, incluso, en la Luna…¿lo dejamos aquí? Sigamos un poco más, puesto que no descartan que los seres que estén tras el fenómeno OVNI en ese marco explicativo de la CTH, vivan entre nosotros, haciéndose pasar por humanos.

La propuesta se plantea desde las universidades de Harvard y la Tecnológica de Montana, en el marco de un artículo que lleva el elocuente título La hipótesis criptoterrestre: un caso a favor de la apertura científica a una explicación terrenal oculta para fenómenos anómalos no identificados, publicado en la revista Philosophy and Cosmology, en el que consideran que los escenarios planteados están al límite de la credibilidad social y científica.

El psicólogo de la Universidad de Harvard Tim Lomas, y su colega en la misma, Brendan Case, junto con el doctor Michael P. Masters, profesor de antropología biológica en la Universidad Tecnológica de Montana, firman este singular trabajo. En el mismo también afirman que “algunos aspectos de la UAP son lo suficientemente extraños como para que parezcan requerir explicaciones poco convencionales”.

Los autores son sin duda atrevidos, ya que lo que ellos plantean al implícito amparo de su posición académica, es parte del argumentario ufológico desde hace décadas, incluso, de géneros tan cuestionables como el de la conspiración exopolítica. ¿Y qué demonios es esto último? Pues ni más ni menos, la hipótesis de que la Tierra es una especie de campo de batalla y centro de experimentos interplanetarios, en el que desde hace miles de años conviven, y guerrean, diversidad de razas aliens, con el conocimiento y complicidad de una élite terrestre…la historia de los reptilianos, illuminatis y resto de la pandilla.

Debe quedar claro que los autores no pertenecen, ni de lejos, a ese gremio exopolítico, aunque sus ideas terminen por confluir en algunos puntos. En todo caso también es necesario apuntar que no sólo definen su trabajo como pensamiento especulativo, desvinculando su artículo de las universidades a las que pertenecen y planteándolo como algo a título personal, sino que incluso, en las primeras líneas, podemos leer algo tan paradójico como que “creemos que esta hipótesis es con toda probabilidad falsa, pero aun así creemos que merece la pena su investigación científica”.

En resumen, tras un colosal análisis casuístico, del folklore mágico, de la literatura ufológica y de aquella vinculada específicamente con la arqueo-astronáutica y la arqueología misteriosa, sugieren que, como alternativa a los OVNIs procedentes del espacio exterior -extraterrestres que nos visitan-, y a la tesis de que todo es explicable desde fenómenos atmosféricos, confusiones o tecnología terrestre secreta, debemos tener en cuenta los siguientes escenarios:

CTH1:

Criptoterrestres humanos. Una antigua civilización humana tecnológicamente avanzada que fue en gran parte destruida hace mucho tiempo (por ejemplo, por una inundación), pero continuó existiendo en forma remanente.

CTH2: 

Criptoterrestres homínidos o terópodos. Una civilización no humana tecnológicamente avanzada que consiste en algún animal terrestre que evolucionó para vivir en sigilo (por ejemplo, bajo tierra), tal vez un homínido o, alternativamente, una especie mucho más lejana relacionada con nosotros (por ejemplo, descendientes de desconocidos dinosaurios inteligentes).

CTH3: 

Antiguos criptoterrestres extraterrestres o extratemporales. Extraterrestres literales o nuestros descendientes inter-temporales que “llegaron” a la Tierra en un pasado remoto, desde otras partes del Cosmos o de la Humanidad del Futuro, respectivamente, y se ocultaron sigilosamente.

CTH4: 

Criptoterrestres Mágicos. Entidades que se parecen menos a extraterrestres convencionales y más a ángeles terrestres, relacionándose con el mundo habitado por los humanos de maneras que -al menos desde nuestro presente- son menos tecnológicas que mágicas. Hablamos de seres féricos, de criaturas que se conocen en Europa por nombres como hadas, duendes, ninfas, trolls, etc.

No olvidemos que esto lo plantean hombres de ciencia. Ver para creer.

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