El Heliodoro no le soporta ni una más al máximo accionista del CD Tenerife y en el partido de hoy mostró su descontento por las formas autoritarias y maleducadas de José Miguel Garrido, quien en un año y seis meses ha perdido todo el crédito que tenía cuando accedió al poder del club. El procedimiento para elegir al sustituto de Asier Garitano ha levantado ampollas entre la afición y los dirigentes no afines al empresario, el único responsable en decidir quién entrenará al equipo el venidero curso.
Los aficionados que acudieron al recinto capitalino corearon con insistencia el cántico “Garrido, vete ya”, mientras en el palco aguantaban con resignación algunos componentes del consejo de administración. Entre ellos las dos manos derechas que tiene el accionista mayoritario en la entidad: Santiago Pozas y Juan Guerrero.
Este último se encargó de ratificar públicamente que el técnico elegido para sustituir a Garitano es Óscar Cano, quien acaba de descender a Segunda RFEF al Sabadell. Se atrevió, incluso, el consejero deportivo a afirmar que todo el revuelo que se ha generad en torno a esta elección se debe a los medios de comunicación. “El malestar generado en la afición es culpa de la prensa. Yo espero y deseo que Óscar Cano sea el entrenador del CD Tenerife, esperemos poder confirmarlo esta semana”, dijo Guerrero, utilizando así la vieja táctica de matar al mensajero.
Sin embargo, los 11.142 aficionados que se dieron cita en el feudo tinerfeño no lo entienden así y señalaron directamente al propietario, quien no acudió al palco para evitar la bronca.
Mientras, Garrido pretende que tanto Mauro Pérez, director deportivo del club, como Juan Guerrero expliquen el fichaje de Cano a las peñas, algo que los colectivos de animación no están dispuestos. De hecho la Federación de Peñas ha sometido a votación entre sus integrantes esta posibilidad y, por mayoría, se ha decidido no reunirse con la propiedad.