Un año 2023 récord de comercialización, con 440 millones de kilogramos vendidos; una presencia consolidada en los hogares españoles, siendo la marca de frutas y verduras más elegida en nuestro país; y un posicionamiento claro en el mercado basado en la diferenciación de su origen, calidad y sabor. Son estas condiciones, obtenidas por el sector platanero canario gracias a su modelo organizativo y representatividad, las que le han permitido seguir afrontando obstáculos que -a priori- le condenaban a desaparecer, como el minifundio, la insularidad, la complejidad orográfica o la competencia desleal de la banana.
Gracias a una estructuración que integra al 100% de los productores de un mismo cultivo (un hecho que no se da en ningún otro subsector en la agricultura española y por el que es particularmente reconocido en toda la Península); la organización en base a un sistema legítimo de representatividad es lo que da sentido al modelo del plátano de Canarias. Las seis Organizaciones de Productores de Plátanos (OPPs) legalmente constituidas en las Islas concentran a la totalidad de los productores y participan en la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN) a través de sus representantes, los cuales son libremente designados de entre sus miembros en representación de sus productores.
Un sistema de organizaciones de productores y asociación de OPPs que está reconocido y apoyado en legislación autonómica, nacional y en los propios reglamentos europeos, y que garantiza que la labor que desarrollan las OPPs y ASPROCAN está dirigida siempre por la voluntad de los productores en base a un sistema democrático de elección por mayoría. Evidentemente, un volumen social de más de 12.000 personas integra una amplia diversidad de posiciones y necesidades. Por lo que disponer de una organización alejada de sistemas personalistas o de carácter político, y que es respaldada por órganos constituidos legalmente y con socios con nombres y apellidos, es esencial para el beneficio del colectivo y de la amplia mayoría, aunque sea esta aparentemente silenciosa.
El consenso en las medidas de protección y estabilidad
Habiendo encadenado un año 2022 con crisis de producción por la erupción volcánica en La Palma, un 2023 y primer trimestre de 2024 con récord de producción y comercialización debido al fuerte incremento de las temperaturas, y un periodo (el actual) con dificultades para atender el volumen de demanda de Península debido al descenso de producción, el sector del plátano de Canarias afronta ahora una nueva dificultad: la de la inestabilidad provocada por las circunstancias climatológicas. Una situación ante la cual las OPPs llaman a la prudencia y a no actuar por impulsos a corto plazo.
Siendo conscientes de la necesidad de regular el mercado para garantizar la estabilidad y futuro del sector ante las variaciones en las circunstancias de producción, el sector sigue incidiendo en la necesidad de activar medidas -como la limitación de los nuevos cultivos de plátano en las Islas- que cuentan con el consenso de todas las OPPs y que son de igual aplicación para todos, para garantizar la protección y estabilidad; frente a otras medidas -como el incremento en los períodos de renovación de las cantidades de referencia – que, por el contrario, no cuentan con el apoyo de todo el sector y generarían conflictividad entre los productores.
El plátano requiere medidas para dar viabilidad a la actividad ante los elevadísimos incrementos de costes (y la negativa de la administración de incrementar la ayuda a los sectores en consecuencia), pero toda medida que conlleve enfrentamiento y aleje de la unidad al sector será mucho peor remedio que cualquier otra enfermedad.